La CGT, en medio de debates internos sobre su reorganización, convocó a un nuevo paro general contra la política económica del gobierno macrista. El Plenario de Secretarios Generales de la Confederación General del Trabajo propuso el 25 de septiembre como fecha para realizar la huelga. Será la cuarta medida de fuerza destinada a objetar la administración oligárquica. Ahora, el llamado necesita la aprobación del Consejo Directivo de la central obrera.
La propuesta manó del plenario que se llevó a cabo hoy en el Teatro Empire, de La Fraternidad, ubicado en el barrio porteño de Monserrat. Allí los secretarios generales de distintos gremios plantearon la necesidad de una medida de fuerza para defender los derechos de los trabajadores y repudiar la crítica situación económica.
La fecha del posible paro fue propuesta por el triunviro Juan Carlos Schmid, titular de Dragado y Balizamiento, y respaldada por aclamación. “Es un día importante para la CGT. El plenario de Secretarios Generales en La Fraternidad trabajando por la unidad sindical, por la Argentina”, había dicho Schmid al inicio de la reunión.
El secretario general de la UOM, Antonio Caló, indicó que el objetivo de la reunión era “debatir todo el momento que está atravesando el movimiento obrero. Es un momento muy difícil, muy grave”. “La gente está enojada. Los dirigentes gremiales no podemos separarnos de la realidad de la gente. Esperamos que lo que se decida acá sea por el bien de los trabajadores, los que tienen trabajo y los que no”, manifestó.
Del encuentro participaron los gremios calificados como gordos, con tendencia dialoguista hacia el gobierno, numerosos sindicatos industriales y miembros de la Corriente Federal de Trabajadores. Estos últimos plantearon la necesidad de conjugar el paro con un plan de lucha y convocar a un Comité Central Confederal con el objetivo de reestructurar la central.
Cabe recordar que la reunión de esta mañana fue un Plenario de Secretarios Generales, entidad de nuevo cuño que no está en los estatutos de la CGT. De allí que las decisiones adoptadas deban ser analizadas por el Consejo Directivo. Sin embargo, debido a la creciente oposición del movimiento obrero –tanto en los presentes como en aquellos que resolvieron no concurrir- se descuenta el respaldo. También se prevé la coordinación con ambas CTA y con organizaciones sociales, para efectivizar la medida.