«Se Hará Justicia» | A 43 años de la Guerra de Malvinas, diálogo con el veterano Luciano Soria

Nueva edición de «Se Hará Justicia» con la conducción de la Dra. Verónica Ottaviano que para este programa abordó un tema muy profundo en el sentir de los argentinos como es la conmemoración por el desembarco y recuperación de las Islas Malvinas un 2 de abril de 1982. La entrevista del programa fue a Luciano Soria, veterano de Malvinas, donde cuenta su experiencia durante el conflicto y en el período posterior.


 

43 años se cumplieron del desembarco y recuperación temporal de las Islas Malvinas un 2 de abril de 1982. Un mes después comenzaría la guerra que se extendió hasta la rendición argentina el 14 de junio provocando la muerte 649 soldados en combate a lo que se pueden sumar una cifra similar que se quitaron la vida con posterioridad al conflicto.

Luciano Soria fue uno de los jóvenes soldados que estaban haciendo la conscripción en esos días por lo cual fue enviado a Malvinas como parte de la 10° Unidad de Infantería Mecanizada de La Plata.

«Al hablar de Malvinas, con el tiempo, uno va sacando espinas del corazón y el alma va soltando una lágrima. Cuanto más grandes un poco más sensibles también«, comenzó diciendo en el diálogo con Verónica Ottaviano. En su recorrido posterior, Soria fue profesor de historia, actualmente jubilado.

«Estábamos a 15 días de la baja, éramos lo que se decía en aquel momento ´soldados viejos´. Habíamos entrado a hacer la conscripción en marzo de 1981, nos tocaba irnos a mediados de abril. Tras lo que fue la marcha del 30 de marzo de 1982 (masiva movilización de la CGT con la consigna de Paz, Pan y Trabajo) quedamos acuartelados hasta que el 2 de abril nos reúnen con la unidad en el playón y nos dicen que se habían recuperado las Islas Malvinas», narró Soria.

 

«Tenía 19 años cuando se produjo la guerra. Me acuerdo del entusiasmo inicial por formar parte de la historia bélica argentina, con la gente alentándonos, se bajaba de los coches para saludarnos cuando recorríamos la General Paz. Después fuimos pasando por distintos estadios, de ese entusiasmo a temblar de miedo o a la resignación».

«Se combatió con mucho valor, lamentablemente creo la organización para afrontar la guerra no fue buena«, evaluó Soria.

«Lo que se llamó Operación Rosario para la recuperación de las islas estaba planificada para septiembre de 1982, pero a partir de los acontecimientos internos (de creciente conflictividad social) se aceleró para el 2 de abril. Ante un conflicto interno el gobierno militar buscó un conflicto externo, fue maquiavélico. Hay que recordar que cuando Galtieri sale al balcón estaban las organizaciones de izquierda, todas las colectividades y sindicatos».

«Se habla que una de las razones también para la recuperación de las islas es la legislación internacional que dice que una nación invadida total o parcialmente si dentro de los 150 años de la posesión de su territorio no recupera los territorios pierde todos los derechos soberanos. Los británicos invadieron las islas el 3 de enero de 1833 por lo cual en 1983 se cumplían 150 años».

«En la guerra la nuestra era una unidad más dedicada a la logística. En mi caso apuntador de mar. Nosotros no entramos en fragor de combate puro. Previo a la rendición si tuvimos la noche del 12 de junio bajo intenso cañoneo naval y terrestre».

«La guerra muestra lo mejor y lo peor de cada uno, las grandezas y las miserias. Me ha tocado un maltrato de un superior, pero también había oficiales y suboficiales que se sentaban a comer con nosotros, que recorrían las trincheras. No podemos generalizar por uno o dos que eran unos hijos de puta. Los buenos son mayoría pero los malos se destacan más», destacó.

«De las rendición nos enteramos por el propio general (Mario Benjamín) Menéndez (gobernador de las Islas Malvinas en la recuperación argentina) que en un momento en donde cubríamos la retirada nos dijo ´se terminó´».

«En los días posteriores a la rendición nos llevaron en el Camberra (buque inglés) a Puerto Madryn. Ahí llegamos el 19 de junio en lo que se recuerda como el Día en que Puerto Madryn se quedó sin pan porque al bajar queríamos comer pan y los vecinos nos traían pan.

«Llegamos a la Base del Palomar en la madrugada del 20 de junio, desde ahí nos llevaron a la Escuela General Lemos donde estuvimos encerrados 6 o 7 días en donde nos alimentaron e hicieron estudios clínicos. Al irnos nos dijeron que no podíamos contar nada de lo que había ocurrido en la Guerra».

«La sociedad nos valora, lo que no nos valoran en su mayoría son los políticos. Cuando volvimos a la democracia se nos cerraron todas las puertas hasta que comenzaron a aparecer los relatos ingleses que contaban la valentía de los soldados argentinos, la forma de combatir de la fuerza aérea argentina».

 

 

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