Por SOL KILLIAN (Licenciada en Nutrición)
La preocupación por una alimentación saludable, equilibrada, que provea los nutrientes necesarios para llevar adelante una vida plena es una preocupación creciente de estos tiempos. Aquellos que nos dedicamos a mejorar las pautas de nutrición de nuestros pacientes lo notamos día a día en la consultas que nos realizan.
Las consultas que recibimos son por motivos variados. Muchos buscando una mejor calidad de vida, otros preocupados por disminuir de peso corporal y también hay muchos en que es necesaria una alimentación especial porque su salud así lo requiere. Un caso que recibimos en el consultorio es el de pacientes con diabetes, que genera temor su mención, pero con una alimentación adecuada y teniendo varias precauciones, se puede llevar una adelante una vida con control y calidad. Eso con una alimentación simultáneamente sana, pero no menos atractiva al paladar.
La diabetes es una enfermedad en la que los niveles de glucosa (azúcar) en sangre, se encuentran elevados. El origen de esa glucosa proviene de los alimentos que consumimos, sobre todo de aquellos alimentos fuente de Hidratos de Carbono. La insulina es una hormona que ayuda a que la glucosa ingrese a las células para suministrarles energía. En la diabetes tipo 1, el cuerpo no produce insulina. En la diabetes tipo 2, por diversas razones, el cuerpo no utiliza la insulina de manera adecuada, por lo que la glucosa permanece en la circulación.
Con el tiempo, el exceso de glucosa en la sangre puede causar problemas serios. Puede provocar daños silenciosos, hasta llegar a complicaciones en la visión, y con muchas dificultades asociadas a miembros inferiores.
Vayamos al origen de esta enfermedad. El páncreas es el órgano vital que segrega una hormona que se llama insulina, que funciona como una llave para abrir los distintos tejidos a fin de que la glucosa ingrese y cumpla su función energética. Al no segregar la insulina, se produce un aumento de glucosa en sangre. Esa llave no permite a los diferentes tejidos que tengan su energía. De no controlar esa situación puede generar serias dificultades para el cuerpo que es necesario controlar y es allí donde la alimentación juega un rol esencial.
Vale recordar que el sobrepeso y la obesidad pueden generar un tipo de diabetes, ya que ocurre una resistencia de la acción de la insulina en los tejidos; por lo cual es un factor a controlar en los pacientes que tienen el riesgo de desarrollarla. Si hay antecedentes familiares es necesario extremar el cuidado con el sobrepeso. En muchos pacientes diabéticos con sobrepeso u obesidad, el tratamiento para el descenso, mejora la resistencia y se puede llegar a revertir.
Yendo al nivel nutricional en el caso de los pacientes con diabetes es importante conocer los diferentes tipos de alimentos, especialmente aquellos fuente de hidratos de carbono que son los que aumentan de forma rápida la glucosa en sangre. Conocer la característica de cada alimento es un paso que recomendamos a los pacientes.
Algo que es importante desmitificar es la idea de que no se puede comer nada. Se puede comer variado, seleccionando más que nada lo que son los hidratos de carbono, preferentemente integrales.
La refinación de esos productos genera que al ingerirlos la glucosa aumente en sangre a mayor velocidad, como lo que ocurre con el azúcar, pan, arroz, y fideos blancos (refinados)
La educación nutricional pasa por la selección de los tipos de hidratos de carbono. Una especial atención a las cantidades, a los momentos del día, a las ingestas principales y las necesidades de incorporar colaciones. La recomendación principal tiene en cuenta la ingesta de alimentos y productos integrales. El salvado al ser rico en fibra, actúa como «esponja», absorbiendo el agua que se encuentre a su alrededor, por lo que se mantiene más tiempo en el estómago, lo que significa a su vez, que va a tardar más el intestino en absorberlo. La glucosa va a aumentar, pero lo va a hacer de forma gradual evitando los picos o ascenso brusco de glucosa, que es lo que conlleva daños asociados.
De no adecuar la alimentación, se van produciendo daños que de microvasculares pasan a macrovasculares. En el largo plazo eso puede llegar a comprometer miembros inferiores. Como es un proceso que avanza de manera silenciosa, no hay síntomas de dolor o que llamen la atención. Resulta importante intervenir a tiempo, hacer periódicamente análisis, consultar siempre al diabetólogo, que evaluará tratamiento insulínico o con antidiabéticos orales; así como la importancia de realizar consulta con educación nutricional.
En tiempos donde muchas personas tienen como fuente de consulta internet, siempre recomendamos tener precaución con la información que se encuentra allí y consultar a un especialista en Salud. Compartimos algunas de las pautas del Plato Saludable, de la Asociación Americana de Diabetes.
Allí podemos observar la mitad del plato con aporte de verduras que necesariamente deben ser bajas en almidón (de hoja, cebolla, zapallitos, morrón, tomate, zanahoria, berenjenas, repollo blanco, colorado, brócoli, entre muchas otras) porque esta sustancia genera que suba la glucosa en sangre. Entre las verduras a moderar se encuentran la papa, mandioca, batata, choclo y remolacha.
Entre los alimentos fuente de Hidratos de Carbono preferentemente Integrales (1/4 del Plato en el márgen superior izquierdo) podemos recomendar, arroz integral o yamaní, fideos integrales, legumbres como arvejas, lentejas, garbanzos, porotos. El 1/4 de Plato del márgen inferior izquierdo, corresponde a alimentos Proteicos, preferentemente a pollo, pescado, cerdo en cortes magros.
Frutas: Sobre todo aquellas que pueden ser consumidas con cáscara, también por su aporte en fibra, como pera, manzanas, también las frutas cítricas, preferentemente con su pulpa, sin la incorporación en jugos o licuados.
Bebidas: La recomendación como en la población, corresponde al aumento de la ingesta de agua sola. En este caso también se pueden incorporar todas aquellas bebidas que no contengan azúcar agregada. De ser bebida gaseosa seleccionamos aquellas light, zero, ó endulzadas con stevia (Endulzante natural, sin aporte calórico)