Por Leonardo Martín
El rector de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), Ing. Jorge Calzoni, dialogó con Portal Sur en un contexto donde candidatos presidenciales ponen en la agenda temas como el arancelamiento universitario y la introducción de un sistema de “vouchers” educativos. “Es un sistema que no ha funcionado, es una discusión que atrasa porque en Argentina está saldada hace 70 años”, afirmó sobre ese debate.
Calzoni también se refirió al presente de la UNDAV, que hoy tiene una matrícula global de 30 mil alumnos, y las perspectivas hacia el futuro. Ya con un tiempo transcurrido, otro tema al cual se refirió es el impacto de la pandemia, un balance del proceso, cuál fue el saldo, aspectos positivos y déficits que ha dejado en materia educativa.
Leonardo Martín: ¿Cómo está viendo los debates alrededor de la educación pública y de la educación universitaria en particular en el actual proceso electoral donde vuelven planteos de algunas ideas como la introducción vouchers y el arancelamiento de la educación universitaria?
Jorge Calzoni: Con mucha preocupación. Lo que hay es un grado de confusión en alguna parte de la población que es conveniente poder aclarar. El sistema de vouchers que propone algún candidato es una hipoteca, es un crédito que tenés que pagar, además termina generando competencia en áreas que deberían ser solidarias. Es un derecho que viene consagrado desde principios del siglo XX que lo que hace es poner en cuestión el acceso en algo que pensábamos resuelto. En Argentina la educación universitaria es gratuita y tiene acceso toda la población con políticas para poder becar y que los alumnos tengan oportunidades.
Nosotros lo que estamos debatiendo en el sistema es la permanencia y la graduación, ahí tenemos el debate interno para ver cómo lo resolvemos. En algún punto se está volviendo a la discusión por el acceso lo cual atrasa, es una discusión del pasado. Es un sistema que no ha funcionado, en Chile, donde se aplicó, han tenido un montón de problemas. También se da en algunos países anglosajones en donde la educación está planteada como una mercancía lo que para nosotros es una discusión conceptual. Claramente no es una mercancía, es un derecho como entendieron los liberales del siglo XIX con la ley 1420 que dio acceso a la educación primaria básica obligatoria. Hoy se quiere volver para atrás. La libertad no es eso.
Si hay dos áreas prestigiosas en nuestro país en los últimos años son la educación superior y el de ciencia y tecnología. Se dicen disparates que alarman. Destruir es fácil, pero reconstruir lleva mucho tiempo como pudimos comprobar durante los años noventa.
¿Cómo funcionaría más concretamente un sistema de vouchers?
Ellos plantean el financiamiento de la demanda y no de la oferta. Eso es lo conceptual, ellos te dan créditos que son los vouchers. No es cierto que podés ir a cualquier lado porque hay cupos, carreras, instalaciones. El voucher es un papel que implica una cantidad dinero para utilizar en alguna institución, pero es un dinero que después hay que devolver. En Chile, donde se implementó fue muy traumática, incluso Gabriel Boric, el actual presidente, surge de las protestas contra este sistema. En Argentina el 80% de los estudiantes van a la universidad pública.
La historia del sistema universitario argentino es muy larga, la Reforma Universitaria (1918) permitió terminar con aquella universidad monárquica y el peronismo vino a completar eso con el no arancelamiento (1949). La última gran medida fue en el gobierno de Cristina (Kirchner) con las nuevas universidades que abarcaron a todo el país. Es un sistema que funciona bien. La discusión de verdad es cómo sostener a las estudiantes en la universidad, lograr que se gradúen y lo hagan en menores plazos, cómo cambiar las metodologías de enseñanza, trabajar el tema de inteligencia artificial, las evaluaciones con inteligencia artificial. Está discusión sobre el acceso estaba saldada 70 años atrás, es un debate que atrasa.
«El voucher es un papel que implica una cantidad dinero para utilizar en alguna institución, pero es un dinero que después hay que devolver».
¿Cuántos estudiantes tiene la UNDAV en este momento?
Hoy son 30.000 entre pregrado, grado, posgrado y a distancia. Todas las universidades nuevas hemos logrado ocupar un espacio que era necesario. Así cada una tiene una perspectiva y prospectiva de lo que funciona y hay un sistema que funciona que eso es lo más difícil en Argentina. El Consejo de Rectores funciona, se toman decisiones en común; el Ministerio de Educación funciona, buscamos articulaciones con las escuelas e institutos. Hay todo un trabajo que por supuesto hay que mejorar, pero habría que apuntalar eso, hacer las mejoras en esa dirección y no volver para atrás.
La UNDAV ya tiene más de una década de vida, le tocó como a todas la sociedad y las instituciones educativas atravesar este fenómeno tan disruptivo que fue la pandemia. ¿Qué ha cambiado, qué demandas y qué déficits dejó la pandemia?
Aceleró algunos procesos. En nuestro caso particular en ese marzo de 2020 nos tomó una semana adaptarnos a la virtualidad, hicimos la capacitación tanto para docentes como estudiantes y arrancamos con la virtualización de las carreras. No tuvimos mayores dificultades, los problemas que se dieron se pudieron ir resolviendo.
Durante el primer año y medio incluso creció la matrícula y luego hubo una merma. Seguramente la razón fue que la pandemia permitió tener más horas libres y con el regreso a la presencialidad se complicó un poco. Se implementaron aulas híbridas, hubo inversión del Estado apuntalando, hubo un trabajo colaborativo de las distintas universidades con las áreas de salud, con la elaboración de la vacuna en el caso de la Universidad de San Martín y el seguimiento de los casos de covid. Más allá del impacto negativo de alguna manera nos permitió un aprendizaje y poder acelerar procesos como el de la virtualidad. Nos dio una cantidad de herramientas para procesos que si bien ya se estaban dando iba a tardar mucho más.
«La pandemia, más allá del impacto negativo, de alguna manera nos permitió un aprendizaje y poder acelerar procesos como el de la virtualidad».
¿Cómo impactó en la formación de los alumnos que llegan a la universidad la pandemia?
Ese fue un problema, especialmente en los primeros dos años. Hubo chicos que recién en el final del segundo año conocieron la universidad. Ahí hubo dificultades y los chicos que hicieron los últimos dos años del secundario virtuales vinieron un déficit casi natural que tuvimos que corregir. Nosotros tenemos talleres donde hacemos diagnósticos y se evalúan las características de cada estudiante y trabajamos esas problemáticas con talleres con comunicación oral y escrita que es una problemática generalizada así matemática y en algunos casos esto que llamamos vida universitaria. Incluso en la convivencia después de tanto encierro.
Usted es el rector de la UNDAV desde su creación. Si tiene que pensar el futuro de la universidad. ¿Cómo la piensa de acá a 10 15 años?
Tenemos un sistema de créditos académicos que Argentina no tiene como sí existe en otras partes del mundo que permite el intercambio de estudiantes y docentes. Me imagino una universidad muy internacionalizada, tenemos clases tipo espejo con carreras donde una clase se da con un profesor de México, de Estados Unidos o Europa con profesores argentinos que también pueden dar clases en esos lugares.
Va a haber procesos de cambios importantes, por ejemplo, con la inteligencia artificial, algo que ya está en proceso, pero que se va a ir profundizando es que las evaluaciones van a dejar de ser la repetición de contenidos. La perspectiva de la memoria va a ir hacia la abstracción, hacia el dato, las carreras van a ir cambiando.
Ya lo estamos trabajando muy fuerte hoy y proyectamos ampliar el tema de posgrados, estamos trabajando en un doctorado en Ciencias de la Enfermería que si bien es una carrera práctica queremos darle un marco teórico. Un vínculo con la escuela básica para formar a los chicos y chicas no solamente para el mercado laboral y las nuevas adaptaciones. Uno de los problemas que tenemos y en los discursos se ven es la construcción de comunidad, sin comunidad no hay nada que funcione. Lo individual se resuelve desde la propia comunidad.