En el Día del Periodista, el director del Diario “La Calle”, decano de la prensa zonal de Avellaneda, hace un repaso de la profesión, la actualidad de los municipios y el futuro de los medios locales.
Néstor Santos este año cumplirá 80 años. Llega entre las 6.30 y 7 horas al diario que fundó su padre Adrián Alciro Santos (contra la opinión de la familia) en 1946. Ya no está en su mítica dirección de Avenida Mitre Nº 90, casi pegado al viejo puente Pueyrredón, ocupando ahora su redacción en Avenida Belgrano al 755. Luego de la repentina muerte del fundador, a los 50 años, Néstor debió no sólo llevar
adelante el diario, sino también a la familia Santos que quedaba atrás. Con otros trabajos que llevaba en simultáneo, entre ellos operario de los talleres del tren Roca en Escalada, nunca dejó el periodismo. Hoy, el Diario La Calle es el único medio impreso de circulación diaria que queda en Avellaneda.
-¿Cómo ve el periodismo hoy, sobre todo el local?
– Yo creo que está funcionando de una forma muy alejada de lo que debe ser el periodismo regional, o local, que debe estar exclusivamente para detectar las cosas que afecten a los vecinos, para que los departamentos ejecutivos, las comunas o la policía o quién sea sepan lo que está pasando. Desde los años 70 hay una decadencia general, y han transformado los medios en un negocio. Viven publicando todo aquello que tiene un pago, cosas en la que no coincido, nunca hice un diario social, y por eso he tenido problemas como amenazas de la Triple A porque hicimos una nota sobre el asesinato del hijo de Raimundo Ongaro en su momento. Todas esas cosas no las vemos reflejadas con claridad y es algo preocupante. En su momento la institución, que es el Círculo de Prensa de Avellaneda, tuvo formadores de gran valor y luchadores por las causas populares.
– ¿Cree que el periodismo gráfico va a desaparecer ante los digitales y las redes sociales?
– El periodismo escrito no va a morir nunca, porque hay todavía hay gente que quiere leer el diario en papel. Pero como todos nos hemos tenido que adaptar a estas nuevas tecnologías y nos hemos llevado grandes y buenas sorpresas, aunque tenemos algunas diferencias con lo que publicamos en papel y en la web.
– ¿Le gusta el periodismo actual?
– Lo veo mal. Nunca me voy a olvidar que en una asamblea anual de ADEPA en bahía Blanca el dueño de un periódico, ante la junta directiva, se dirigió a todos los que estaban ahí sentados: “Disculpenmé, la mejor Ley de prensa es la no ley. Muchas gracias a todos.”
¿Tampoco estuvo de acuerdo con la ley de medios?
– No, menos como estaba manejada. La discriminación publicitaria siempre existió. Los que podemos sostener un diario es porque la gente lo lee y lo paga. Yo no regalo el diario, lo que no entienden muchos. Acá se cobran todos los diarios, que gracias a las suscripciones, podemos seguir. Pero hubo algo que nos afectó mucho a los diarios locales, que fue la entrega del Correo Argentino a los Macri. Lamentablemente destruyeron el Correo y no tuvieron en cuenta ni respetaron una determinación del congreso que establecía que con el registro de la propiedad actualizado, un medio zonal accedía a una tarifa reducida del 50% del diario de menor valor a nivel nacional y la distribución era diaria. Ese fue un golpe muy duro. Y el otro golpe letal lo dio el gobierno anterior cuando Julián Alvarez, quien fuera candidato en Lanús y afortunadamente perdió, eliminó por una ley nacional, la publicación de edictos judiciales en los diarios locales, dejándolo sólo en el boletín oficial, como si alguien lo leyera. Con estas medidas dejaron de circular cerca de 35.000 ejemplares en todo el país de periódicos locales. Afortunadamente algunos jueces han dejado de lado esa disposición y han seguido publicando edictos, y sobre todo en el caso de sucesiones que se inician.
– ¿Cómo es su relación con los intendentes locales?
– Con los intendentes siempre tuvimos problemas. El Coronel (Néstor) Sarobe me mandó, en plena dictadura, el ejército a mi casa porque había hecho una denuncia sobre el barrio Güemes, que se inundaba de excremento en esa época, y en una nota dije que los vecinos no debía pagar los impuestos hasta que no se solucionaran los problemas. Revisaron todo, no encontraron nada raro, salvo el diario, pero fue una situación rara, desagradable.
– ¿Cómo evalúa las gestiones hoy en los municipios de Avellaneda y Lanús?
– Lanús por lo menos, el desastre que dejó Díaz Pérez lo están tratando de resolver. Con Manolo Quindimil era otra cosa. Con Díaz Pérez se fue todo al diablo, no se podía circular por Lanús. Y con éste hombre (Néstor Grindettí) está cambiando las cosas en Lanús, lo están valorando los vecinos. Está bien, lo puede hacer porque tiene el apoyo de la Provincia y Nación. Cosa que Quindimil no tenía por tener diferencias con el gobierno anterior.
Y Avellaneda, yo no sé cómo hace para sobrellevar las cosas, está invirtiendo mucha plata pero hay también bastantes enojos por la cantidad de multas que hay por estacionamiento, y a la vez, desde la provincia dicen que viene y él dice que no viene entonces ahí está el gran problema. La ciudad está bien, se puede circular, las instituciones están recibiendo mejoras y plata.
– ¿Cómo se maneja con la publicidad municipal?
– Yo no tengo pauta municipal, y tampoco la pido. Pero tienen una obligación legal de publicar cuando llaman a licitación o concurso, también las notas del cementerio, en ese caso lo publican, sólo por dos días.
Nota: Pedro Ezequiel Fernández