Justo cuando se instala definitivamente el otoño, llegan las comidas y bebidas típicas criollas, ideales para pasar el frío y para celebrar la fecha patria más importante del año.
Además de los actos escolares, el himno y la escarapela, las fechas patrias se suelen festejar con comidas típicas como el locro, las empanadas, los churros y las tortas fritas.
Lo salado:
– Las empanadas criollas son un ícono de las fiestas populares argentinas. Las provincias que compiten para ver cuál es la que tiene las mejores empanadas son Salta, Jujuy y Santiago del Estero. Carne cortada a cuchillo, aceitunas, pasas, cebolla y huevo picado suelen ser los ingredientes utilizados, que le dan un sabor único. Cada provincia tiene sus pequeñas variaciones en la receta o en las técnicas de cocción, por lo que vale la pena probarlas para elegir la favorita.
– El locro es un alimento que incluso tiene su aparición en la música popular, formando parte de la letra de muchas canciones. En el norte, desde Córdoba a Jujuy, el trigo y el maíz son dos componentes destacados en la alimentación de los lugareños. Para el locro, la olla con maíz blanco al fuego es algo de lo más clásico, y puede agregársele zapallo. Otros ingredientes posibles son panceta, chorizo colorado, porotos, puerro, según las calorías que se quieran sumar.
– La carbonada consiste en trocitos de carne cocinados en agua y sal, y se puede usar también calabaza, y cebada y trigo en la olla.
– El asado es una comida asociada a lo gauchesco, que ya está incorporada a muchas reuniones de fin de semana. “El asado del domingo”, con amigos o familia, es una tradición fuertemente arraigada en las costumbres de los argentinos.
– La humita es un plato ampliamente consumido en el Noroeste Argentino. Consiste en maíz procesado y combinado con cebolla o carnes, en algunos casos, y envuelto en las hojas del maíz. Esa presentación conocida como “humita en chala” hace que este plato sea inconfundible.
Lo azucarado:
– El postre más destacado de la época virreinal era la mazamorra, para cuya preparación se debía dejar el maíz blanco remojando durante una noche, luego se cocía en agua y se pisaba. La forma de servirlo era con leche y azúcar principalmente, quizás un poco de canela. y también se podía comer con sal.
– Los pastelitos rellenos de dulce de membrillo, con masa hojaldrada y crocante, son una costumbre heredada de hace dos siglos, que hoy en día está muy vinculada a las vacaciones, las tardes de playa, y que van casi siempre acompañadas del mate.
– Las tortas fritas son un alimento económico y fácil de hacer, con harina, huevos, aceite, y son ideales para comer calentitas. La leyenda dice que para que sean un verdadero manjar, hay que acompañarlas con mate dulce.
– Los alfajores de maicena no pierden vigencia, son un clásico que sigue siendo de las opciones más elegidas en las panaderías.
Las bebidas:
– Mate: el acompañante necesario de todas las comidas patrias azucaradas, aporta un sabor especial a la merienda.
– Chocolate caliente: esta bebida es perfecta para quitarse el frío y al mismo tiempo tomar algo delicioso. Si se acompaña el chocolate con unos churros, es la combinación perfecta.
– Café
– Vino: recomendable aprovechar esta fecha para tomar un buen vino de San Juan, Mendoza, La Rioja, Córdoba, Tucumán o Salta. Todos los platos se disfrutan más si se añade una copa de vino.
– La chicha era la bebida más destacada de la época, preparada en base a maíz, y podía ser fermentada o no. Se la relacionaba a los dioses indígenas. Se puede intentar prepararla de forma casera, para conocer un verdadero sabor tradicional.