El volante de origen ecuatoriano, Jhonny Quiñónez, firmó su vinculación con Independiente hasta diciembre de 2026.
Quiñónez proviene del Aucas de Ecuador, previamente había tenido un paso por el Willem II de Países Bajos. Fue un pedido del entrenador Carlos Tévez que valoró la dinámica del ecuatoriano.
La particularidad de la contración es que el Rojo adquirió el 50% del pase en 1 millón de dólares a pagar en 24 largas cuotas.
Hasta ahora, los refuerzos de Independiente son: Gabriel Ávalos (delantero de Argentinos Juniors), Ignacio Maestro Puch (delantero de Atlético Tucumán), Alex Luna (enganche / mediapunta de Atlético de Rafaela) y Adrián Sporle (lateral izquierdo de Arsenal).
LOS ECUATORIANOS EN INDEPENDIENTE: EN DEUDA
El primero en desembarcar en Avellaneda fue Carlos Luis Morales, más conocido como Pestañita. Llegó a mediados de 1994 de la mano del entonces entrenador Miguel Angel Brindisi que lo había dirigido en una destacada etapa del Barcelona de Ecuador.
Pestañita fue suplente de Luis Islas, parte del plantel campeón de la Supercopa de 1994. Tuvo chances de atajar en el Clausura 1995 en donde lo más destacado fue su capacidad de contener penales. Uno muy recordado a Carlos Netto en cancha de San Lorenzo. Netto le pegaba durísimo a la pelota, Morales se quedó parado y contuvo.
También atajó en el partido definitorio con Gimnasia de La Plata en la última fecha de ese certamen donde el Rojo ganó 1 a 0 con gol de Javier Mazzoni.
FERNANDO GAIBOR: CARO Y LEJOS DE LAS EXPECTATIVAS
Independiente venía de ganar la Copa Sudamericana con una recordada final en el Maracaná ante Flamengo. Apuntaba todos los cañones a la obtención de la octava Copa Libertadores.
Ariel Holan, con un cheque en blanco, incorporó a dos jugadores, Silvio Romero y Fernando Gaibor.
Entonces jugando en el Emelec, el Rojo pagó su pase 4,2 millones de dólares por el 70% del pase que aún no terminó de saldar y está en conflicto.
Gaibor que fue recibido con la camiseta número 10, nunca logró adaptarse ni a Independiente ni a la intensidad del fútbol argentino. El ecuatoriano tenía buen manejo y una pegada interesante, se veía que entendía el juego, pero era frío como la Patagonia argentina en invierno.Vino para jugar de doble cinco, darle volumen de juego, pero lo cierto es que no logró ganarse el puesto.
Posteriormente declaró tener una mala relación con Ariel Holan, que sumado el bajo rendimiento redundó en un préstamo al Al Wasl del fútbol árabe.
JUANITO CAZARES, PASO OLVIDABLE
Arribó al club en 2022 a partir de un salvoconducto por la guerra en Ucrania, país donde estaba jugando cuando se desató la guerra con Rusia.
Cazares llegó para ser un opción en la elaboración de juego, pero no rindió. Tuvo alguna perlita perdida, pero fue casi todo intrascendencia y frialdad.
Jugó un poco en el equipo dirigido por Eduardo Domínguez y otro tanto con Julio Falcioni, pero no logró asentarse con ninguno de los dos.