Tal lo afirmado por el secretario general de la Seccional Tercera Provincia de Buenos Aires de la Unión de Trabajadores del Instituto –el gremio del PAMI-, y a la vez Adjunto del secretariado nacional, Federico Luqui, al término del encuentro de este miércoles que se llevó a cabo en la sede sindical, ubicada en el porteño barrio de San Telmo. El plenario fue el primero realizado tras el obligado impasse de la pandemia.
“La verdad es que nos debíamos este encuentro. Nosotros, todos los años, nos reuníamos en un plenario general, con todos los cuerpos orgánicos de la seccional, algo que la pandemia nos quitó durante dos años. En 2020 y 2021, reemplazamos –por así decirlo- los plenarios por llamados telefónicos, contactos a través de las redes y diversas reuniones por zoom, pero desde luego no fue lo mismo”. Así comenzó diciendo Federico Luqui al explicar el encuentro que comenzó poco antes del mediodía de este miércoles.
El también titular de OSUTI, la obra social del gremio, agregó que tenían “toda la intención de volver a hacer el plenario a mitad de este año, pero la regularización de los procesos eleccionarios de los cuerpos directivos del gremio –también postergados por la pandemia- hizo que todo se nos complique y que se estiraran los tiempos”. Luego explicaría que “en la Seccional Tercera tenemos siete UGL muy grandes: Mar del Plata, Luján, Junín, Chivilcoy, Azul, Bahía Blanca y La Plata. Como se verá, cada UGL está muy lejos de la otra; sin embargo, estamos muy cerca en lo afectivo, de modo que este plenario fue también una suerte de excusa para volver a abrazarnos”.
Por otra parte, Luqui señaló también que podría decirse que la reunión también “sirvió de balance; aunque es un balance raro porque venimos de situaciones muy atípicas y en una semana muy loca, donde todo está mezclado con el triunfo de (la Selección) Argentina (en el Mundial de Qatar). Pero a pesar de todo, sí hubo un balance. El año nos pareció eterno por la cantidad de cosas que nos ha obligado a abordar. Como el desafío de negociar salarios que puedan sostener el poder adquisitivo de los trabajadores y la lucha cotidiana a raíz de la problemática de los empleados de PAMI. De todos modos, queda mucho por trabajar así que en este aspecto diría que, más que un balance, termina siendo la conformación de los temas pendientes y la generación de nuevos bríos para el año que viene”.
El Adjunto de Osvaldo Barreñada en la conducción nacional del gremio sostuvo también que el que termina “ha sido un año muy difícil, con dos realidades muy complejas en el mundo laboral: por un lado, la gran cantidad de trabajadores que se encuentran con salarios que están por debajo de la línea de pobreza –hablo de trabajadores formales-; por el otro, hay algunos gremios o actividades que, contrariamente, viven una realidad muy distinta, pero tampoco pueden festejar: sus sueldos están literalmente embargados, en sumas muy importantes, por el impuesto a las ganancias, un tributo que hoy se ha tornado lesivo y distorsivo de los salarios de los trabajadores, como nunca antes. De modo que en ese terreno hay mucho por hacer: son dos extremos muy preocupantes de una misma película”.
Sobre el final, Luqui expresó: “Si un mensaje podemos dejarle a nuestros trabajadores, es pedirles que todos lleven puesta la camiseta del PAMI, que sigan colaborando todos desde sus lugares para tener un instituto fuerte, presente, que le sirva a sus afiliados. Y precisamente, si el PAMI les sirve a sus afiliados, seguirá dándoles empleo y estabilidad laboral a sus trabajadores. Eso es lo que deseamos: recuperar el PAMI fuerte que supimos tener, para lo cual daremos las luchas que haya que dar”.