“Siento un gran orgullo de pertenecer a una organización como Pata Pila que surge de una preocupación genuina de querer ayudar al otro. De no solo preocuparse, sino ocuparse de una realidad que no podía esperar más. Y que hoy en día, siete años después, podemos sostener que gracias a esa preocupación y a esa ocupación de muchos y muchas que pusieron su incansable esfuerzo y trabajo, la vida de muchos niños y familias se vieron marcadamente mejoradas”, expresó el director ejecutivo sobre sus expectativas para este nuevo desafío.
Desde 2015 la ONG se comprometió a trabajar por la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles propuestos por la ONU, y desde ese entonces, Pata Pila se ha visto apoyada por grandes agentes del sector privado y público, a nivel nacional e internacional. Además, se encuentra trabajando con el apoyo de la Unión Europea, siguiendo los más rigurosos estándares de impacto social.
Respecto al trabajo que realiza la ONG, el nuevo director ejecutivo expresó: “La desnutrición es una lucha diaria la cual no se puede postergar. Es de las carencias más graves e invisibilizadas a las cuales se encuentran sometidos un gran número de niños y niñas y que para ello nos propusimos combatirlo. Por un lado, en nuestros centros trabajando con nutricionistas y especialistas en la materia diagnosticando, evaluando y proponiendo un plan de acción para que esos chicos mejoren y puedan salir adelante. Y por otro lado, para aquellas familias que no pueden acercarse, hacerlo nosotros en nuestras camionetas tierra adentro para llegar a las comunidades más aisladas y atenderlas desde su lugar”.
La desnutrición es una problemática integral que también incluye a la educación, la no satisfacción de necesidades básicas y la escasez de recursos, entre otras, por eso se propuso también trabajar estas aristas, proveyendo a las familias de psicopedagogas, trabajadores sociales, educación en primera infancia y estimulación temprana, y además se lo complementa con asistencia social, talleres de oficios y apoyo con microcréditos para que las familias pudieran salir adelante.
Hay realidades y situaciones que no pueden esperar más y que necesitan de la colaboración de todos y todas para que puedan cambiarse. En relación a esto Agustín expresó: “Entiendo que el cambio empieza en uno mismo, y que como líder uno tiene que dar el ejemplo para que el mundo quiera seguirlo. Entendí que la mejor forma de cambiarlo es vivir el cambio, y llevar adelante la acción del cambio uno mismo. Y que tarde o temprano, cuando te querés dar cuenta, ya no sos uno sólo sino que son varios los que se sumaron a acompañarte”.
Es por estos resultados, y porque cada vez más personas participan de los programas de Pata Pila, que siento también una enorme responsabilidad como Director, de lograr que nuestro alcance siga creciendo y se siga expandiendo aún más. Porque nuestros resultados validan y confirman lo que hacemos, y porque tenemos la fortuna de que a cada comunidad donde llegamos con nuestras camionetas nos reciben con sonrisas y cariño. Y es por esto que no podemos darnos el lujo de defraudarlos sino, por el contrario, ponernos la vara cada vez más alta para poder devolver todo ese aprecio y agradecimiento que recibimos de la gente”.
Es por eso que Pata Pila continúa buscando y generando alianzas con empresas comprometidas con la sustentabilidad y las dificultades de la sociedad actual, y con instituciones que abogan por revertir una realidad que no puede esperar más.