Está pasando. Ya no es un rumor lejano y sordo. Está pasando entre nosotres. Nos está atravesando de punta a punta. La escena cultural del Conurbano Sur confirma su calidad y su impronta multiperformatica. Ya no hay que esperar, el futuro llego.
Por Maxi Roberto
¿Se acuerdan que en la Crónica Decisiones Estéticas Conscientes arranqué comentándoles de un viaje traumático a tierras chaqueñas a lo de una tía mano chanta? Bueno, ese viaje que da para mil crónicas me dejó algo más que el miedo a viajar de noche por la ruta. Creo que fue la piedra fundacional de mi inclinación hacia la cultura popular. Resumidamente, mi tía era una curandera por necesidad luego de ser dejada librada a su suerte por un mierda borracho y maltratador. Con varios pibes a cargo le pintó la de curar de palabra a través de su devoción a San Antonio, el santo de las causas perdidas (y a quien le tenés que pedir que te consiga chongo o chonga o chongue). La cosa es que a puro chamuyo se terminó transformando casi en la CEO de San Antonio en Argentina y generó un pequeño imperio. Para que se den una idea, en ese viaje, llegue a la terminal de ómnibus de Sáenz Peña, me acerque a un taxi y le dije “Hola, me dijeron que diga que quiero ir a ver a Doña Nelly”. No necesite decirle la dirección, tampoco me cobró el viaje. Todos parecían deberle algo a mi tía.
Esa semana me sentí el sobrino de Al Capone. Todos los 13 de Agosto se hacía la fiesta de San Antonio y yo participé de una de ellas, cuya organización llevaba una semana entera y tres días más, luego del evento, para dar por finalizado el asunto completamente ya con cada cosa en su lugar. Tuve el privilegio de ver como la comunidad se organiza en pos de un objetivo común. Conviví con más de 50 personas desconocidas durante una semana. Ví su cotidianidad, escuché sus historias, tomé sus mates. Observé en primera persona el proceso de elaborar un chorizo desde que hacia mu hasta que crujía en la boca bañado en chimichurri. La casa de mi tía fue un universo paralelo durante mi estadía. Tenía vida propia, latía. Más de mil personas se acercaban cada año. Parte de Los Manseros Santiagueños estuvieron en el escenario en algún momento de la madrugada. Fue mágico. Pensé que nunca iba a poder sentir nuevamente la sensación de estar en el lugar y en el momento oportuno en que está pasando algo tan trascendental como efímero. Nunca creí volver a ser abrazado y transportado a otro universo por una casa, por una construcción. Y me pasó. Y no una sino dos veces. Pero no me paso a mí, está pasando.
Viernes 11 de Junio, 23 hs. Nuevamente el Mural de Quipildor nos cubre la espalda, a lo lejos se ilumina el faro del Sur, su energía se irradia como escudo protector, estamos a salvo. Una casa rompe, con su color, la oscuridad de la noche. Golpeamos. Se escucha como si se estuviese abriendo la puerta de un castillo. Como si mil mecanismos se hubiesen echado a andar para abrir esa puerta. Tras ella un pasillo con final incierto apenas se ilumina de rojo. La luz viene del fondo por ende solo se reconocen las formas humanas como sombras en 3D, siluetas ambulantes que observan al igual que nosotros, asombrados, la estética del lugar: postapocalíptico, distopico, perturbador, denso. Un tipo vestido de blanco nos da la bienvenida y nos advierte lo que podría pasar. Nos invita a conocer el lugar. Tras una puerta doble hoja de madera, muy antigua y bella se esconde el secreto: estamos en lo que parece ser un laboratorio. La luz se torna violácea, se distinguen sendos módulos, como huevos gigantes a los lados de los instrumentos de creación. Hasta donde tenemos acceso los visitantes el espacio es absolutamente oscuro, rustico. El laboratorio está expuesto para que todes podamos verlo en acción.
Volvemos al pasillo en busca de más pistas de lo que va a suceder. Los encargados de darnos explicaciones no están a la vista. Charlamos entre los visitantes, especulamos que podría pasar. De repente, una figura asoma, tímidamente. Pálido, crudo, temeroso, se acerca a nosotros. Busca reconocer lo que lo rodea. El sujeto vestido de blanco nos comenta que se trata de una de las creaciones del laboratorio a la que se la deja interactuar con quienes tienen acceso al mismo. Agrega que está en etapa de desarrollo y que va a absorber toda herramienta humana que le suministremos. Gestos, emociones, miradas, serán imitadas y replicadas por él, señala. De un momento a otro y sin previo aviso, ya estábamos en función. Pasamos de la incertidumbre a la responsabilidad de tener que inculcarle comportamiento humano a una hoja en blanco. Sentí terror de equivocarme. De enseñarle o darle a entender algo inadecuado.
“… Desafortunados los que en tiempo de guerra miran al amor de reojo…”
El silencio se rompe al mismo tiempo que las visuales de Nico Yudice ponían a tono la sala. El recorrido visual, escenográfico, junto con la iluminación y la puesta en escena, están íntegramente relacionados y ajustados de modo tal que facilitan el seguimiento de la idea. Estamos en un laboratorio de Clonnes y nada puede malir sal.
Esta presentación de Clonnes no es una más. Es la del famoso “Toda la carne al asador”. Y vaya si lo fue: Revalorizaron un discazo lanzado en pandemia que no termino de despegar; Generaron una sesión en vivo con una estética alucinante y no contentos con eso, abrieron las puertas al público en dos funciones que quedarán para la historia.
Los afortunados espectadores que vivimos alguna de esas dos noches podemos dar fe que eso que nos pasó por encima fue una aplanadora de sutilezas filosas y punzantes, ajustadas con milimétrica precisión esquizofrénica y enfermiza; Como la humanidad, ¿no? Mientras el Clon en blanco era sacado de la sala por la fuerza lo que emanaba el escenario no paraba de sacudirte la existencia en todo su esplendor. En una noche descomunal, el Quinteto formado por Julián Cristiani en voz, Alan Sebastián en Bajo, Nehuén “El Pela” Duarte en batería, Juano Corrales en sintes, pianos y coros y Lean Espinosa en guitarra nos manosearon la mente de un modo criminal, nos obligaron a repensar el transito que estamos teniendo en la tierra. Con todos los ingredientes de la psicodelia, lo progresivo y lo acrobático, podes sentir que corres por tu vida en un momento y que al siguiente te estás derritiendo envuelto en una melodía pegajosa y sensual.
La idea de este show no arranco desde la lineal visión de proyecto a realizar sino que más bien se construyo a medida que fue creciendo en volumen conceptual. Primeramente, según Juli, hasta había un castillo en mente, imagínense. Julian Rafflesia fue el realizador de esta maravilla, el que lo concreto. Lobelux estuvo a cargo de la iluminación y Leo Covas fue el encargado de prestarse a recibir las enseñanzas de los humanos presentes. Como adelante más arriba, Nico Yudice empastó todo con un gran laburo de proyecciones y creaciones visuales. El producto de este trabajo impecable se verá reflejado en un material audiovisual que saldrá en los próximos meses sin fecha exacta por el momento.
El grupo se despide, quedan los momentos para las charlas, los brindis. Las rondas de gente hablando, asombrados por lo que acababa de ocurrir, son interesantísimas. Lo que se repite es la confirmación de que está pasando, las ideas y los conceptos ya no son exclusividad de sectores con más recursos o con mejores medios. No no, Lo que acabábamos de observar y vivir es prueba fiel de la calidad de producción y ejecución que hay en el sur del Conurbano. Me van quedando pocas palabras para seguir describiendo lo emocionante que es coincidir en tiempo y espacio con estos artistas, que además, me permiten deambular y preguntar.
Mientras reviso las imágenes que muy gentilmente me compartió Cristian Olivetti, fotógrafo que retrato la grabación y los shows con público de Clonnes, no puedo dejar de pensar en la finalidad del grupo y del concepto sobre el cual han trabajado. Estamos hechos mierda, como sociedad digo. Montañas de mugre, Todo es irreal, ficticio, plástico. ¿Qué estamos haciendo para detener eso? ¿Cuál es nuestro aporte? Detenerse a pensar estas cuestiones hace que valga la pena seguir apoyando estas iniciativas, porque movilizan, inquietan, perturban. Hace que el mundo sea un poquito menos mezquino, porque nos da algo que no pedimos pero que aun no sabemos que vamos a necesitar. Y así se va la noche, reflexionando. Aun sacudidos por esa avalancha de ideas que acabábamos de presenciar. Con la confirmación absoluta y necesaria de que el convencimiento que tienen estos artistes sobre sus proyectos es el camino. Y está pasando.
Dejo atrás esa noche del Viernes y hago un pequeño impasse para meter unas pastillitas que me parecen muy interesantes y que suman a la confirmación de lo que está pasando a nivel productivo y de calidad por el sur del Conurbano.
Primero, son todas reco para ver en Youtube, o sea, para cuando tenés ese tiempito y lo querés aprovechar al máximo disfrutando del relax post laburo, mientras descorchás algo y cocinés o cuando te envolvés con la mantita en el sofá a bajonear algo dulce.
Segundo, si les copa algo de esto que les recomiendo, compartan con amigues el material, no sean mezquines. Que mejor regalo para un amigue que una buena recomendación artística.
El ocaso, la sesión en vivo de La Nave Croydon acerca de su último EP. Les muchaches de Amarriki se mandaron un recontra laburazo del carajo. Fresco, audaz, rescata todos los valores de la canción autóctona y le da el golpe de modernidad justo y necesario. La realización se llevo a cabo con un equipo conformado por cámara 1 + motion graphics: Pablo Leguizamo (Art Frame producciones) Cámara 2, asistencia y drone: Leandro Nadal Grabación de audio: Agustín Garvie Iluminación y fotografía: Nakor (APB Iluminación) Edición, mezcla y mastering de audio: Juan Ignacio Corrales Montaje y edición completa del video: Juan Ignacio Corrales. Corran a verlo y compartirlo.
Distrito Universal, proyecto formado por Fefo Steiner, Herman Steiner, Esteban Nicolás Leotta, y Chatran Rodríguez lanzo un adelanto de lo que será una sesión en vivo. El corte elegido es Reina Salvaje que fue rodado en Fenómeno Multieventos Quilmes, el audio fue mezclado y masterizado por Nicolás Truchet mientras que el video fue realizado por Mangrullo Producciones y quedo a cargo de Hernán Maldonado y Sofía Oviedo. Según fuentes cercanas el material completo saldría a la luz en breve pero me parece un excelente adelanto como para ir manijeando. Salú.
Jazz En La Biblioteca es un ciclo de toques producido por Cesar Barrionuevo y que ya tiene su primer material rondando las plataformas. Realizado íntegramente por Amarriki producciones y filmado en la histórica Biblioteca Popular Manuel Belgrano de Berazategui, el ciclo reúne a diferentes artistas de la música popular urbana, principalmente de jazz y los pone en escena, dando a conocer sus laburos y poniendo en perspectiva la gran calidad de músicos que se está hilvanando por estos lares. En este caso fueron Jemina Ferrer en voz; Dante Carniel en piano; Fede Solomiewicz en contrabajo y César Barrionuevo en bateria los responsables de poner en marcha el agite de rama. La música la puso el inefable Benny Golson con Wispher not. Pasen y vean en que andan los músicos de Jazz del Conurbano y recuerden que este ciclo recién comienza, dará que hablar.
Pasaron Dos Viernes desde la presentación de Clonnes y aún sigo manija. Me desespera saber que voy a tener que escribir sobre aquello. Hacía rato no me tomaba el 98 en dirección a Quilmes. La noche estaba fresca para esperar el bondi sobre 14, corría un rico viento de mierda. La Av. 7 está en refacción, hay un desvío obligado, veo como creció ese barrio, esta lindo. Están haciendo una estación intermedia entre Quilmes y Ezpeleta, no sabía, que bueno. Nunca sé cual es Amoedo, menos mal que alguien me dice “Maxi?”, es Ailin Russo quien para mi fortuna, también se dirige a Casa Jinete a ver la presentación de Ismo. Pero para mi desgracia, tampoco sabe muy bien donde hay que bajarse, así que tocamos timbre y le mandamos. Acertamos, a dos cuadritas estaba el destino. En el trayecto Ailin me cuenta que fue la encargada de diseñar un fancine que será repartido entre los presentes a modo de guía del proyecto. También me dice que se está haciendo cargo de las redes del grupo y que pronto habrá muchas novedades para todes nosotres.
Como siempre, entrar a Casa Jinete es entrar a un festival de caras alegres y relajadas. La casa tiene un rumor de paz y tranquilidad que invita al disfrute desde el primer paso dentro. Abraza. Muchas caras conocidas, muchas. Cago a besos a todo el mundo y hago rancho con Maxi Rodas, Hacia mucho no lo veía y me dio gran placer poder compartir un vino con él. Más placer aun, cuando me comentó que están juntando fuerzas para volver con El Pintor a La Luna, proyecto de años y que tantas alegrías nos dio en los escenarios en que lo hemos visto.
El frio se torna crudo y es necesario amucharse para sentir el calorcito humano. Tipo 22hs abandonamos el hermoso patio, calefaccionado con un fogón, y buscamos refugio dentro, en la sala de conciertos. Jimena López Chaplin, junto con Juan Carlos Marioni bajaban data de la buena desde el escenario. La voz delicada y sensual de Jimena entrelazada con las sutilezas que salían desde la guitarra de Juan Carlos llevaban la noche hacia un clímax que ya se hacía notar.
“…Por un momento pensé que habías vomitado…” Escucho mientras miro inmóvil el celular con la esperanza que ninguna gota del vaso entero de vino que acababa de derramar, por salame, lo haya tocado. Y no, se salvo. “…Tenes que trabajar la disociación, estudiá batería…”, bolazo necesario. Mientras pido muy avergonzado que vengan a limpiar el desastre que hice, el escenario se llena de gente rara, con las caras pintadas de blanco, parecen mimos, elegantes. ¿Son un jurado, una corte?
Es cerca de medianoche, la oscuridad genera una atención electrizante. Una voz enardecida, como un soplido de fuego hace arder el silencio reinante. Luego, el azote de las melodías pinta un cuadro de terror. Ismo Vive reza el cartel, larga vida a Ismo.
Lucas Bustos en teclas, voz, compositor; Rodrigo Fedele en perfo, textos, composición; Agustín Rosati en guitarra; Pichi Salinas en bajo, (fue su debut en Ismo); Pablo Jiménez en batería. Rosmary Díaz y Camila Bois en coros; Guido Gromadzyn en violín (dato no menor, Guido es neurocirujano del Garrahan, esta noche toco volviendo de una cirugía, grossssssso) fueron quienes desde el escenario desplegaron todo el concepto pretendido. Debajo del mismo, otro grupo de personas se encargaba que todo salga a la perfección. Entre elles se encontraban Tomás Bustos en luces; Mara Rosset en foto, quien también estuvo exponiendo en el patio; Agustín Garvie en sonido; Nacho Marín quien participó del armado de los fanzines, también está trabajando con Ismo en la parte audiovisual y va a protagonizar el clip de Salvaje, un single que se va a lanzar este año, me comenta Lucas; Y por ultimo y no menos importante, Pato Benítez, quien puso su bata y sus fierros a disposición y no querían dejar de agradecerle.
“… El terror es el olvido. Y no hay nada mas eterno que el terror…”
Pasa la obra, pasa la noche. Los aplausos parecen quebrarse en el aire. Hay caras de alegría, de cansancio. Debe ser agotador llevar adelante estos proyectos que ya saltan de lo musical para pasar a ser algo más abarcativo, más vasto. Se mezclan varios ámbitos del arte en pos de generar y enaltecer una idea, de llevarla a lo concreto. Como en el laboratorio de Clonnes. Está pasando!
Logro cruzar unas palabras con Lucas luego del show, se lo ve exhausto y sereno. Contento. También charle un rato con Rodrigo. Que necesario tener un amigo como él en esto de intentar llevar a cabo una obra artística. Necesario porque para mí esta medio loco y los locos son de hacer locuras, entonces cuando una idea se transforma en una locura pasa a ser realizable. Las locuras son realizables, la historia está hecha a base de locuras que abandonaron el estadío idílico para materializarse ante nosotros. Salú por Lucas, por Rodri y por todos los locos y locas que vengo viendo llevar a delante sus locuras.
Fueron dos noches tremendas. Dos noches en que me quedo claro que lo que estoy viviendo es algo más grande de lo que pueda imaginar. ¡ESTÁ PASANDO! Verme minúsculo entre tanta idea gigante me llena de pasión. El Conurbano Sur se la banca, en todo sentido, pero más se la banca desde lo artístico, donde los proyectos ya no se quedan a contemplar las aguas desde la orilla, armando castillos de arena como niñes, no, ahora salen a enfrentar los océanos de incertidumbres, trayéndonos preguntas como ofrendas y esperando a cambio el respeto que merecen por dejar la huella necesaria y constitutiva de la identidad creativa de estos lares.
Otro viaje llega a su fin, cada vez falta menos. Llegue al punto en que me alcanzo lo cotidiano nuevamente, ya hay mas mirando hacia adelante que revisando hacia atrás y eso es buenísimo. Solo queda practicar la nostalgia de estas noches vividas para cuando sea necesario desempolvar una anécdota o revisar una foto. Está pasando, la pucha si está pasando.
Quien quiera oír, que oiga!