El Secretario General de Panaderos de Avellaneda y de la federación a nivel nacional, analizó el presente del gremio y los proyectos para la nueva gestión. El impacto de la inflación en los salarios y en la negociación paritaria. El rol del empresariado y el precio del pan.
Gastón Frutos, Secretario General del Sindicato Panadero de Avellaneda, dialogó con el mdio colegaAvellaneda Hoy:
- ¿Cómo fueron estos primeros meses de gestión al frente del Sindicato Panadero en Avellaneda y qué proyectos tiene para esta gestión hasta 2025?
La verdad es que se dio todo un proceso de continuidad tanto en Avellaneda como en la federación a nivel nacional. Esta gestión, comenzada por Abel Frutos hace más de 34 años, posibilitó el renacimiento de un gremio que –prácticamente- no existía. Se levantó todo desde cero, y me refiero no solo a lo edilicio, sino desde lo financiero, las prestaciones y hasta lo social. Construimos consultorios nuevos para el afiliado de Avellaneda y también lo hicimos en apenas cuatro meses de gestión a nivel nacional. Acabamos de inaugurar consultorios en Corrientes, en Río Cuarto, Córdoba, Rosario y ahora lo vamos a hacer en La Matanza. En breve terminamos con la primera parte del camping de Pilar, que es un predio que compró en su momento Abel Frutos y que la pandemia no permitió comenzar. Bueno, ahora ya tenemos gran parte de la obra en marcha.
Los proyectos siempre son mejorar en prestaciones y en servicios; pero es fundamental y esencial mejorarle al Panadero el poder adquisitivo. Y en ese proceso estamos. En la actualidad, un trabajador de panadería en la Provincia de Buenos Aires está cerca de los 90 mil pesos. Pero la situación es diferente a nivel nacional, y ese es un desafío que nos planteamos para esta nueva gestión que comenzó: achicar la brecha entre ambos convenios colectivos de trabajo.
También, seguiremos intensificando y profundizando la jerarquía de nuestra obra social. Ospep ha sido una de las prestadoras sindicales que ha mantenido sus servicios durante toda la pandemia. Aun cuando cayó la recaudación casi un 50 por ciento. Fue clave la administración de los años anteriores pero también la destreza financiera que se ejecutó durante la pandemia. Todo el equipo de contadores y abogados/as, más el staff medico, logramos sostenernos en pie. Hoy hay que sostenerlo y superarlo.
- El precio del pan es un tema que se debate año tras año: ¿cuál cree que puede ser el precio de equilibrio para este año sin que afecte las fuentes de trabajo?
Nosotros como parte trabajadora no estamos para establecer un precio. Para eso está el mercado y los empresarios. Aun así, somos una parte esencial en la mesa de negociación. No somos ingenuos y sabemos que la inflación aniquila cualquier posibilidad de crecimiento. Pero esa barrera golpea más duro en el trabajador, que solo tiene su salario como único sustento alimentario.
Muchos empresarios, y se ve más en las distintas provincias, se aprovechan bastante de los aumentos para descargar todo ese descalabro sobre la parte más vulnerable. Con excusas como los incrementos de gas, en la materia prima, y también en las cargas fiscales, los patrones reducen en calidad de vida al trabajador y a la trabajadora. Pero si bien la inflación es cierta y no se puede negar, muchos empresarios sacaron mucho provecho de esto y de la pandemia, entonces no vamos a permitir que sea a costa del salario del panadero. Si crecen, bienvenido, porque para eso montan una empresa e invierten. Pero el maltrato laboral también significa no pagar como deben. Con todo este panorama, logramos cerrar la paritaria del 2021 en 56%, bastante por encima del incremento del costo de vida; y en abril abriremos el año en curso.
- ¿Qué expectativas tiene con respecto a la discusión paritaria este año?
Argentina nunca te permite proyectar a largo plazo, es un país que te abre permanentemente un escenario diario, cotidiano y de planificación constante. Es muy difícil pronosticar, ahora en marzo, cómo será la situación en abril. En un país como el nuestro, está a años luz. Sí vamos a arrancar con un buen piso de negociación e intentaremos que nuestros trabajadores no pierdan la carrera salarial.
- El legado de Abel Frutos está muy presente dentro del gremio ¿Qué cosas cree que ha heredado de él como dirigente sindical?
Son dos cosas paralelas y parecidas a la vez. En materia institucional, Abel refundó Panaderos. Nada de lo que sucedió antes de 1997 hoy está presente. Afortunadamente, el vacío que han provocado las administraciones precedentes fue erradicado y hoy somos una federación en pie. Ospep atravesó una deuda dolarizada que era millonaria, casi imposible de pagar. Estuvimos a punto de desaparecer. Pero Abel y un grupo de dirigentes se pusieron como meta que FAUPPA debía renacer; y así fue. Costó un montón. Casi 20 años después, la federación está en orden, y ocupada en los asuntos del ahora, que no son pocos. Por eso me duele todavía hay dirigentes de nuestra casa que pretender volver aquellas épocas, con denuncias falsas e incentivos judiciales que lo único que buscan es la intervención de nuestra obra social. Y son los mismos que acompañaron a Abel durante los 24 años de gestión. Están irreconocibles.
La segunda parte es la que me toca como dirigente. Tuve la fortuna de caminar a su lado desde pibe. Y eso me dio un rodaje que me posibilitó aprender lo bueno y lo malo de este trabajo. Pero lo que más recuerdo e intento aplicar día a día, es su sensibilidad social. Abel fue un tipo muy comprometido con el lado social de nuestro país. Fue muy generoso. Me enseñó a valorar al que tiene, pero aun a darle una mano al que necesita, a ese que la pelea todos los días para llevar un mango a la casa. Ese necesita de verdad. A ese hay que ayudar más.
Después, soy un convencido de que uno se forma con un poco de cada una de las personas que te rodea. Y tengo gente al lado que me acompaña, me ayuda a construir. Y eso también soy.
Entrevista: Pedro Fernández.