El dirigente Osvaldo Barreñada reivindicó el carácter democrático del centenario partido en función de lo cual, dijo, “no queremos que nos impongan los candidatos a dedo desde Buenos Aires”. En declaraciones a un medio tucumano que rápidamente se replicaron en otros órganos periodísticos, Barreñada reclamó el urgente cese de la intervención de su partido y la realización de elecciones internas.
Si bien es cierto que la situación del radicalismo tucumano es compleja, también lo es
que en otros distritos, donde la UCR local también está intervenida, ya se está trabajando
para convocar a elecciones. De tal modo, lo que reclama Osvaldo Barreñada no es otra
cosa que un trato igualitario por parte de las autoridades nacionales del partido.
En palabras del dirigente tucumano hay “una intervención que ya lleva más de un año en
un partido absolutamente democrático. Ni atisbo hay, en este momento, de un llamado a
elecciones. Mientras, en Buenos Aires, ya el 21 de marzo habrá elecciones partidarias.
Creo que, en la medida que el partido no se abra y permita que se participe
electoralmente, vamos a seguir en un derrotero de mucha desidia por parte de los
afiliados, por parte de los dirigentes ‘aggiornados’ a sus situaciones, que no ayudan al
partido. Tenemos que movilizarnos a través de la interna partidaria. Por eso, desde el
sector al cual pertenezco, proponemos formar grupos de trabajo para empezar a trabajar
desde ahora. Partidariamente, en un primer momento y luego, empezar a preparar los
proyectos necesarios para el 2023. De manera que el partido llegue movilizado con fuerza
y con propuestas concretas”.
Barreñada afirma que su sector “no está de acuerdo” con ninguna de las dos corrientes
que hoy por hoy controlan el partido en Tucumán (una, liderada por Ricardo Bussi, y la
otra bajo la dupla que integran José Cano y Silvia Elías de Pérez). Convencido de que el
partido debe dinamizarse, dice que eso se logrará en la medida que se permita que los
dirigentes participen, se sumen y armen equipos de trabajo que generen proyectos
pensando en 2023. Es que el dirigente tucumano está convencido de que la UCR puede
ser “una buena opción de gobierno”. “Podemos hacer las alianzas que sean necesarias,
pero siempre basados en los ideales del radicalismo”, subraya con suspicacia.
Sin embargo Barreñada, quien sin dudas tiene aspiraciones para el futuro inmediato,
aclara que “antes de hablar de candidaturas” es necesario “afianzar el partido, movilizarlo
y dinamizarlo”. Y esto que reclama es imposible de lograr con el partido intervenido. De
allí que el ex convencional nacional reclame elecciones internas de inmediato.
Barreñada, un alfonsinista que se opuso con firmeza a que el partido se subordinara al Pro, y luego mantuvo una respetuosa pero clara distancia de la dirigencia de Cambiemos, quiere ser candidato. Pero mucho más que eso, quiere un radicalismo democrático en serio. Y dice
con claridad lo que él y su sector no quieren: “Si algo no queremos es que nos impongan
los candidatos a dedo, y desde Buenos Aires”.
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