«Avellaneda Filma» es un programa audiovisual, impulsado por la Secretaría de Comunicación Institucional de la Municipalidad de Avellaneda, que se ha convertido en un atractivo para cineastas, productores y publicistas quienes eligen nuestra ciudad para filmar sus películas, series y comerciales. Iñaki Echeverría y Óscar Frenkel llevan adelante la Secretaría desde hace más de un año y su propósito es dinamizar proyectos audiovisuales y fomentar la creación de una industria cinematográfica avellanedense. En diálogo con el equipo radial de «Todo Sigue Igual», los secretarios hicieron hincapié en políticas cinematográficas y la posible creación de un archivo audiovisual con el aporte de material por parte de los vecinos.
Por VICTORIA LENCINA
Victoria Lencina: ¿Cómo nace el programa audiovisual «Avellaneda Filma»?
Iñaki Echeverría: Nosotros estamos en la Secretaría desde enero de 2018. Este es un programa que ya venía funcionando en el Municipio. Una vez que lo descubrimos, dentro de la Municipalidad, lo que intentamos fue imprimirle más dinamismo. Nosotros desembarcamos en la gestión pública, pero venimos del sector privado. Oscar hizo El origen de la tristeza, una película íntegramente filmada en Avellaneda. Ahí un poco nos enteramos de que el programa existía. Y yo vengo de la publicidad y de hacer televisión. Un poco lo que intentamos fue ponernos del lado de los productores audiovisuales que requieren de un municipio -como Avellaneda o de una provincia- para servicios de locaciones, de permisos, de vía pública. Cuando digo que le «imprimimos dinamismo» es un poco entender ese requerimiento que tienen las productoras que, casi siempre se necesita de una locación de una semana para otra o de un día para otro, entonces estando dentro del municipio lo que intentamos es darle respuesta a esta demanda. Y, por otro lado, visibilizar Avellaneda que tiene mucha cercanía con Capital. Entonces, el 80% o 90% de las productoras que hacen cine están, lamentablemente, ubicadas en Palermo y Capital Federal. Avellaneda estratégicamente está a diez minutos del Obelisco, entonces, como locación a un productor no le ocasiona un gasto extra venirse a Avellaneda. Lo que intentamos es visibilizar la cantidad de locaciones que tiene Avellaneda que no es solamente lo que tiene a priori en la cabeza alguien de afuera que son fábricas abandonadas, Dock Sud, el sector fabril, la Ribera, la Isla Maciel; sino que tiene locaciones para cualquier película o cualquier publicidad que quiera desarrollarse. Sin ir más lejos, a una productora que se le cayó una locación que tenía que hacer una publicidad de jugos para Perú le cubrieron en el DAR -Domínico Alto Rendimiento- una pista de atletismo única en la provincia y pudieron hacer su publicidad ahí. Básicamente, el programa es primero entender la dinámica de haber estado en el sector privado y la dinámica que tiene el sector audiovisual y poder dar una respuesta rápida a esos requerimientos; y por otro lado, ampliar y visibilizar todo lo que tiene Avellaneda para brindar a nivel audiovisual.
VL: Recién mencionabas que ambos vienen del sector privado -de la publicidad y el cine-, ¿de qué manera se articula esa trayectoria con sus roles en la Secretaría? ¿Creen que les suma un valor especial?
IE: Yo creo que sí porque no venimos de una carrera en el área pública, sino justamente que venimos de una carrera en el área privada. También, el área pública está un poco menospreciada y como que el empleado público está visto como una persona que firma papeles y es medio kafkiano; pero todo lo contrario, nos encontramos con un municipio súper activo que con recursos propios da respuestas a muchas demandas y que no tiene nada que envidiarle al sector privado. Pero sí considero que lo que le podemos imprimir como diferencial es esto de entender lo que es el sector privado, sobre todo los tiempos. Muchas veces, sobre todo en publicidad, te cae un proyecto que lo tenés que tener entregado en diez días y si vos tenés que ir a una mesa de entrada, hacer un pedido, esperar tres días a que lo apruebe alguien y entrás en algo muy burocrático te deja de servir ese municipio como locación. Nosotros trabajamos mucho con lo que era BASet -Buenos Aires Set- y también descubrimos un poco las falencias que tenía BASet: primero, en cuanto a precios que no hay un catálogo de precios en Buenos Aires a nivel tarifario entonces te cobran lo mismo para hacer un documental independiente como para hacer una publicidad para Coca-Cola. Entonces, encontrábamos una falencia. Tampoco Buenos Aires Set estaba abierto para estudiantes. Si vas con un corto universitario, no había trato diferencial y acá sí lo damos. Entonces, creo que entendemos esa dinámica de haber estado del otro lado del mostrador requiriendo de un municipio o requiriendo a Buenos Aires Ciudad distintas soluciones que muchas veces no las encontramos como productores independientes. Nosotros no venimos de grandes productoras. Entonces, el programa «Avellaneda Filma» está abocado a darle lugar a las productoras independientes, a darle lugar a las producciones locales, a visibilizar y colocar a Avellaneda como una plaza de producción a futuro industrial, para la industria del cine. Sigue viniendo Un gallo para Esculapio o El marginal, y los grandes tanques de productoras nacionales; pero creo que en Avellaneda se le están empezando a dar lugar a las producciones independientes de medianas a chicas que son las que más incentivo necesitan, sobre todo, en esta época donde el costo medio del INCAA está medio devaluado, donde los pagos de INCAA no salen o salen tarde con una inflación que te come crudo. Entonces, creo que en Avellaneda los productores están encontrando no sólo una locación que les sirve, sino alguien que lo escucha y que les pueden dar una solución acorde a la película que están produciendo.
VL: ¿Cuántas producciones audiovisuales aproximadamente ya viene respaldando «Avellaneda Filma»?
Óscar Frenkel: En total, ya vamos por 38 producciones. Nos sorprendimos nosotros mismos, también.
IE: Justo estábamos armando un informe de gestión y contando solamente largometrajes, cortometrajes cinematográficos y publicidades tenemos 38 producciones en un poquito más de un año y medio. Si a eso sumamos toda la sinergia que hicimos con las universidades, junto con UNDAV, IDAC y UNQUI ahí tendremos unas veinte o treinta producciones más.
Pedro Fernández: ¿Se les pide alguna contra-prestación como que sea nombrado Avellaneda como lugar donde se filmó?
IE: Sí, hay un logo de «Avellaneda Filma». Ustedes saben que los logos, dependiendo el aporte que se hace, van a los títulos finales o vas a la apertura junto con la productora o con el logo del INCAA. La contra-prestación es visibilizar Avellaneda en cuanto al logo de «Avellaneda Filma». Después hay tarifarios municipales: un corte de calle tiene un valor, la seguridad y seguridad vial tienen valores que son estándar municipales. Después, lo que las productoras, sobre todo cuando vienen a hacer publicidades -que en publicidad cuando vos vas a alquilar una locación y son carísimas- acá como las tarifas son muy bajas, las productoras suelen quedar muy agradecidas y proponen hacer donaciones. Esta producción de jugos para Perú que se hizo en el DAR, ellos como contra-prestación trajeron cuarenta pares de zapatillas de running para los chicos que entrenan ahí. Después, otra producción que vino fue Pol-Ka que estuvo usando el viejo Palacio Municipal también el valor casi simbólico -que también son cosas que tenemos que trabajar y actualizar- ellos donaron para el programa «Envión» dos cámaras Reflex, con las respectivas baterías y tarjetas de memoria, para los chicos que están haciendo el taller de cine en «Envión» que no tenían material para filmar. Y creo que ya se filmó un cortometraje con esas cámaras. Tiene esa pata social: sabemos las demandas de los Envión y Puntos de Encuentro Culturales y de las distintas cosas que hay en Avellaneda, entonces, también cuando una productora está dispuesta hacer una donación articulamos con los distintos sectores de la Municipalidad para que se haga posible.
VL: Recién resaltabas distintas fases importantes de la industria cinematográfica: la producción y el rodaje. Pero, también, se destacan las etapas de circulación y exhibición del material audiovisual. Actualmente, Avellaneda acaba de ser sede del Festival de Cine Migrante y será sede del Festival Internacional de Cine Luz del Desierto. ¿Qué aportes les brinda el programa «Avellaneda Filma» a los festivales?
OF: Hay pocos lugares de exhibición de cine. Creemos que es necesario que todo lo que se filma después termine en una pantalla y sea visto. Ahí fue que nos conocimos con Luciano Nacci, director del Festival Internacional de Cine Luz del Desierto. A los festivales nosotros les damos todo un soporte técnico, de las sedes. Trabajamos juntos con las redes, los conectamos con periodistas. Lo que sería «Avellaneda Filma» terminaría en un festival de cine porque las películas que se filmaron acá la idea es que después se puedan ver acá también. Por ahora, es un festival. En otro momento, quizás, sea una plataforma audiovisual.
IE: Sí, un poco responde quizás el caso «Luz del Desierto» puntualmente a lo que es redundante sobre el INCAA que no actualiza que todo sube y ellos no actualizan los apoyos y los subsidios. Entonces, Luciano se encontró con un festival que hacía en Roque Pérez (Buenos Aires) y con el mismo presupuesto y con que no le servía la sede porque trasladar todo a 150 km a donde está Roque Pérez le dejaba de servir hacer el festival. Él nos vino a ver con esa inquietud, con el festival ya armado, pero sin la sede y sin la posibilidad logística de tener que llevarlo a 160 km de Capital. Se encontró en Avellaneda con que tiene el soporte de las sedes y de la difusión. También, como contrapartida, le pedimos que le de lugar a UNDAV e IDAC, entonces, va a haber cortos de UNDAV e IDAC participando del festival. Esa es la impronta que le queremos dar. O sea, que no venga un festival con la impronta propia y use Avellaneda solo por cuestiones logísticas y de movilidad, sino que se le pueda dar una cuota a la pantalla avellanedense.
VL: ¿Qué otros proyectos se están impulsando desde la Secretaría?
IE: Particularmente, estuvimos colaborando con un documental sobre el Palomo Usuriaga, un jugador simbólico de los ’90 de Independiente. Es una producción que viene desde Colombia. Carlos Moreno, director de El patrón del mal y El chapo, es amigo de la casa y tenía esta producción para la televisión colombiana y nos vino a ver como municipio. Como el Palomo Usuriaga jugó en Independiente y lo que él quería retratar era el fanatismo de la hinchada de Independiente de un jugador que murió hace unos quince años, nos vino a ver como municipio. Ahí lo ayudamos más en lo periodístico. Lo ayudamos a conocer Avellaneda, conocer periodistas y no contar siempre la misma historia que son los periodistas de primera línea hablando de determinado jugador, sino que se encontró con una segunda y con una tercera capa de periodistas partidarios, hinchas comunes, sin ser el hincha famoso. Estamos terminando ahí esa producción. Después, hay varias películas con «Avellaneda Filma». La semana pasada, se terminó el rodaje de la película Very Important Person, producida por José Celestino Campusano y dirigida por Eduardo Pinto, y se terminó Trópico, última película de Sabrina Farji, protagonizada por Juana Viale.
PF: ¿Cómo se hace para entusiasmar a un intendente que tiene problemas de asfalto o de inseguridad para llevarle algo cultural?
IE: Te voy a responder con un chiste: creo que hay «ingenieros» e «ingenieros». Acá, tenemos un ingeniero que está abierto, que sabe de historia, que sabe de militancia y que sabe que la cultura es una herramienta transformadora y que no es un divertimento. Creo que ahí está la diferencia. El 7 de octubre se inaugura una nueva reforma al «Cine Teatro Wilde». Se empieza a descentralizar la cultura en Avellaneda. Jorge sabe el valor que tiene la cultura y que si bien no reditúa a nivel económico, sí reditúa a nivel espiritual y social. Él sabe que todo lo que sea una labor cultural que suceda en Avellaneda y que sea genuina, va a ser beneficiosa para los vecinos que son su primera preocupación.
F: Él siente que la cultura es necesaria para la ciudad igual que la obra pública. Para él, la cultura es una obra pública.
VL: ¿Cuáles desean o imaginan que sean los aportes más valiosos de la Secretaría?
OF: Bueno, estamos haciendo lo del archivo, también…
VL: ¿Cómo es eso? ¿De qué se trata? Si se puede contar.
OF: Mmm… todavía no tanto.
IE: (risas) Bueno, sí se puede ir adelantando algo. Pero, todavía no está formalizado, no existe todavía una ordenanza, no existe algo que le de forma. Hay muchos sectores y otras Secretarías que deberían participar, entonces, bueno… pero es algo que estamos tratando de impulsar desde la Secretaría de Comunicación. Es un poco esta la idea: como existe el Archivo General de la Nación, nosotros consideramos que tiene que existir un Archivo propio de Avellaneda. Primariamente, hay un archivo fotográfico en el Centro Cultural Barracas al Sud, en la vieja Municipalidad de Mitre. Nosotros lo que queremos hacer es un Archivo Audiovisual. Primero, recopilar y acopiar todo el material que esté disponible sea en el Archivo General de la Nación o sea a nivel vecinos de Avellaneda. Material audiovisual que consideramos que tenga más de cinco o diez años ya tiene valor histórico. Sea una vecina que apareció y grabó material de su familia en una movilización en los ’80 en Súper 8. Y consideramos que tiene valor histórico, porque filmó su esquina en Gerli, que esa esquina ya se transformó y pasó a ser otra cosa y filmó cómo jugaban sus chicos en la calle y ahora los chicos juegan de otra manera. Entonces, lo que queremos es recopilar todo eso y lo que estamos fantaseando es hacer una plataforma abierta a la comunidad donde historiadores o vecinos inquietos que quieran saber cómo era la ciudad hace setenta u ochenta años, puedan ingresar a esa plataforma y visibilizar todo el material audiovisual posible que se pueda juntar. Hay material de la construcción del Viaducto que ahora estamos yendo a Obras Públicas para ver si llegamos a la documentación y a los planos, al estudio fotográfico previo que se hizo del Viaducto. Entonces, un historiador que quiere trabajar ese tema, puede acceder a esa plataforma audiovisual y encontrar recopilado todo el material que haya sobre el Viaducto. Entonces, el archivo de Avellaneda intenta ser una especie de Aleph o un lugar donde esté contenido todo el archivo audiovisual de Avellaneda sea profesional o amateur.
VL: Para el ciudadano y la ciudadana de Avellaneda, ¿por qué sería importante saber que podrá tener acceso al Archivo Audiovisual de su ciudad?
IE: Creo que sería importante a nivel memoria y saber la historia de Avellaneda. Además, esto lo hablamos mucho con el ex-intendente Luis Sagol y con Caruso porque nosotros somos jóvenes, no somos avellanedenses, si bien yo ya me considero avellanedense, pero no conocemos tan de cerca la historia, entonces, nos fuimos asesorando con los referentes culturales de la ciudad. En las escuelas de Avellaneda, hasta donde sé, no se pone un especial énfasis en enseñar la historia de Avellaneda. Los manuales no vienen con la historia de Avellaneda. Ahí hay una pata interesante: que el chico de la secundaria tenga una hora cátedra o algún trabajo práctico para hacer sobre Avellaneda y que tenga acceso a esta plataforma audiovisual puede colaborar a nivel educación y también para la carrera de historia o de turismo que se dan en UNDAV. Es decir, que los distintos egresados que tengan que hacer una tesis o un trabajo práctico puedan tener un material de consulta sobre Avellaneda a nivel audiovisual. A futuro, también si fantaseamos a nivel documentación y a nivel fotográfico. También, el vecino normal de Avellaneda que no estudia ninguna carrera, pero que es apasionado por su barrio porque acá el de Dock Sud es de Dock Sud y el de Gerli se considera de Gerli, entonces, que pueda encontrar material histórico de su barrio y lo pueda revivir. A la gente mayor le da mucha nostalgia ver material que no sabe que existe y encontrarse con una esquina como era el Hospital Fiorito en determinado año. También, apareció un material donde había un determinado mercado agrícola-ganadero en Dock Sud, que es un puerto internacional, donde se sacaba ganado de a pie a distintos países del mundo. Está ese material de vacas en Dock Sud como «campo en Dock Sud». También, aparece material audiovisual de los quinteros en Domínico y Sarandí. Entonces, eso le genera al vecino histórico de Avellaneda un verdadero placer redescubrir la historia de Avellaneda. Y creemos fundamentalmente en trabajar la identidad. Trabajarla sin bajar línea, sino simplemente poniendo la información que es este material audiovisual que vamos encontrando y poder generar una chispita de identidad y de bienestar.
VL: ¿El Archivo también contaría con un edificio además de ser plataforma audiovisual?
IE: Ahí nos invitás a soñar. En principio, lo ideal sería que haya una mesa de consulta, que haya una plataforma que se pueda consultar de forma presencial o que se pueda consultar de forma web, donde uno pueda ir y acceder a los distintos materiales. A futuro, sería ideal tener un edificio y tener hemeroteca y tener los físicos donde los historiadores y los archivistas que les gusta el contacto con el material -agarrar el diario y no verlo en digital-. Pero, el primer paso será largar una plataforma digital y después a posteridad y comprobando…porque en la gestión pública, las cosas se tienen que comprobar que son necesarias. Se trata de ir por mojones, por pasos, y decir «esto genera un interés y una demanda, haría falta un edificio donde la gente pueda venir y tener alguien que lo asesore». Es muy difícil acceder a un archivo si uno no tiene conocimiento previo de cómo se conforma un archivo.
VL: ¿Establecieron algún tipo de contacto con otras instituciones como el Museo del Cine?
OF: Sí, con el Archivo General de la Nación, el Museo del Cine, el Archivo Histórico Bonaerense, el juez Balcarce -que tiene material audiovisual en su haber-, el Museo de la escuela IDAC, también con Canal 7.
IE: El diferencial que puede tener el Archivo Audiovisual de Avellaneda que, si bien es recopilar material de otras instituciones que ya tienen todo archivado, es traerle al avellanedense todo ese material. Entonces, en vez de que se tenga que trasladar a Capital al Museo del Cine y llenar toda una planilla con requisitos, entonces, que en Avellaneda pueda tener todo eso consolidado. Esto no significa que en el Museo del Cine va a dejar de existir ese material, sino que va a haber una copia de ese material en Avellaneda. El diferencial es que están apareciendo vecinos con material amateur. Apareció una lata de 16 mm con 90 minutos de material inédito, una barrida, se nota que fue hecho por un cineasta. No sé si fue hecho en los años ’40 o ’50 que es un barrido por toda Avellaneda, filmado con trípode y con una buena cámara, bien expuesto. Eso apareció en el Museo del Cine y ellos nos avisaron que estaba ese material y lo visualizamos la semana pasada y el material con el paso de los años estaba muy ajado. Intentamos hacer una primera digitalización y la cámara no tomaba los pestillos del 16 mm. Lo logramos digitalizar ahora y nos encontramos con un barrido por toda Avellaneda hecho por un cineasta. Este material lo fue a ver Hugo Caruso al Museo del Cine y tiene un montón de esquinas reconocidas por los vecinos.
VL: Entonces, ¿en el Archivo se incluirían materiales audiovisuales filmados en distintos formatos – 16 mm, 35 mm- y se conformaría principalmente por el aporte de los vecinos?
OF: Sí, eso es fundamental. El trabajo es con los vecinos. La particularidad de este Archivo es que es hecho con los vecinos y vecinas de Avellaneda. Es un Archivo construido por los vecinos y para los vecinos. Es más importante el material que se encuentre en Avellaneda que lo otro que estamos recopilando que es un material que ya existe.
VL: ¿Qué nos quedó sin preguntarles que le quisieran contar al vecino y vecina de Avellaneda?
IE: Creo que nos hicieron hablar un montón (risas). Creo que Avellaneda está dando a nivel cultural, junto con la secretaria de cultura que es Victoria Onetto, una cantidad de actividades centralizadas en el centro o en los barrios. Siempre hay algo para hacer en Avellaneda. Un día de semana tenés una obra o una muestra así sea en un Centro Cultural o en un taller de teatro y a todo se le da difusión en distintas redes. Al vecino de Avellaneda, invitarlo a que siga las redes de cultura y del CMA para estar atento a todo lo que va a pasar en Avellaneda que siempre es gratuito o muy barato y que se quede en Avellaneda.