Mario Díaz dijo que la policía sospecha que fue «alguien de la empresa». Lo golpearon cinco personas armadas cuando entraba a su casa, en Bernal. También entraron a la fábrica de alfajores.
El dueño de la empresa de alfajores “Capitán del Espacio” fue asaltado en su casa, en la localidad bonaerense de Bernal, por cinco personas armadas que lo maniataron junto a su esposa, lo golpearon y luego de hacerse de efectivo y algunos objetos de valor escaparon rumbo a la mítica fábrica de alfajores, a la que ingresaron tras arrebatarle la llave al empresario. «La policía me dijo que (el entregador) es alguien de la empresa», dijo el propietario de Capitán del Espacio, quien aseguró que “esto no fue al voleo, sabían quién era«.
El robo ocurrió este miércoles cerca de las 18, cuando Mario Díaz llegó a su hogar, sobre la calle Aristóbulo del Valle al 300, y abrió el garaje para ingresar su auto. «Cuando estoy entrando se me aparecen cinco tipos encapuchados. Me resistí porque no quería que entraran a mi casa. Me pegaron culatazos, me rompieron la cabeza y se metieron adentro«, relató Diaz, con la cabeza vendada por la violenta golpiza a la que fue sometido.
Una vez dentro de la vivienda, Díaz y su esposa, que se encontraba en el hogar, fueron maniatados con cordones de zapatillas y golpeados mientras los asaltantes les exigían dinero y objetos de valor. “Revolvieron y rompieron todo”, relató el empresario sobre el robo que, según estimó, duró alrededor de dos horas.
«Se llevaron objetos de valor, valijas con ropa y dinero que tenía ahorrado”, recordó el empresario. También se llevaron las llaves de la fábrica de alfajores, ubicada la vuelta sobre la calle Gran Canaria al 300, a donde se dirigieron luego de dejar la vivienda. “En la fábrica estuvieron quince minutos y no se qué se llevaron, ahí no había empleados ni custodios de seguridad porque cerramos a las seis», indicó.
De acuerdo a su testimonio, los asaltantes «hablaban como que tenían un apoyo afuera», aunque aclaró que «no parecían profesionales». «La policía me dijo que (el entregador) es alguien de la empresa”, aseguró el empresario. Y agregó: “Esto no fue al voleo, sabían quién era. Me dijeron ‘te vimos cuando cerraste la fábrica y que viniste para acá’, me estaban esperando».
«Dan ganas de cerrar e irte pero hay cuarenta y cinco familias detrás», lamentó Díaz, que tras el asalto se sacó las ataduras, liberó a su esposa y llamó al 911.
Los investigadores aún intentan determinar si se trató de un robo premeditado y si los asaltantes conocían la ocupación de la víctima, como así también si llegaron a llevarse pertenencias de la fábrica. En la causa interviene el fiscal Ariel Rivas, a cargo de la UFI Nº1 del Departamento Judicial de Quilmes, quien caratuló el hecho como robo agravado por el empleo de arma de fuego y ordenó el relevamiento de las cámaras de seguridad de la zona para poder identificar a los asaltantes.