Entrevista a Pablo Chena, economista y coordinador de los equipos técnicos de la Corriente Federal de Trabajadores donde hace una evaluación de la debacle económica macrista y los escenarios futuros.
ENTREVISTA: Pedro Fernández, Pablo Guillermo y Leonardo Martín / TEXTO: Leonardo Martín
Siguen pasando cosas en la economía argentina que vuelve a atravesar días turbulentos con un desplome generalizado que no parece encontrar piso firme. En los términos climáticos habitualmente utilizados por el Presidente hay una nueva tormenta en el frente, que puede transformarse en un tornado a sus ambiciones reeleccionistas. Devaluación del peso, aumento del riesgo país y sobre todo una caída que afecta profundamente a los sectores productivos, al comercio y que a partir de la devaluación y los tarifazos vienen pulverizando mes a mes el poder adquisitivo de los salarios así como de las jubilaciones y pensiones.
Pablo Chena es economista, docente en la Universidad de La Plata, investigador del Conicet, coordinador de los equipos técnicos de la Corriente Federal de Trabajadores. En la primer consulta sobre los últimos movimientos cambiarios no aporta una visión optimista a partir de la limitación de las herramientas utilizadas por el Gobierno para enfrentar la situación. “Hoy tiene el problema de la frazada corta. Si usa los dólares disponibles para frenar la escalada cambiaria sube el riesgo país porque los inversores ven que los dólares para pagar la deuda se utilizan ahí. Ahora si quiere bajar el riesgo país, sube el dólar. Hasta ahora contenía eso con la tasa de interés pero llega un punto en donde la zanahoria y la tasa ya no alcanza” explica.
¿Cómo describirías la situación económica del país?
La situación es preocupante porque ya estamos en una dinámica donde se retroalimentan la inflación, el dólar y la tasa de interés. Tres factores que van en contra de quienes viven de su salario y de los sectores populares. Sube la tasa de interés, se restringe el crédito quedando cada vez más ahorcado quien ademas tiene tomado un crédito. La inflación afecta a aquellos que tienen ingresos en pesos y que el dólar se dispare va acompañado de mayor inflación y endeudamiento público. El Gobierno se endeuda en dólares y cuando hay una devaluación necesita cada vez mayor recaudación impositiva para responder a esos intereses y es más plata de argentinos que se va al exterior a través del pago de esa deuda. Desde esta dinámica la crisis es de muy difícil resolución. No es claro el camino para salir y mucho menos el que plantea el Gobierno que es un acelerar sobre políticas que vienen fracasando.
Para aquellos que tenemos pocos conocimientos de economía, ¿qué es el Riesgo País?
Es un plus de intereses que pagamos como país en el sistema financiero internacional porque consideran que somos un país riesgoso, que es más probable en relación a otros países que no podamos pagar la deuda externa. Más de 900 puntos de riesgo país indica una situación de crisis. Hoy nos sostiene el Fondo Monetario Internacional. Estamos colgados de alguna credibilidad que nos da el Fondo, pero esa suerte de prima de seguro que fue el acuerdo para los mercados financieros tampoco resulta. Son desastrosos los números que tienen la Argentina sobre su capacidad para pagar la deuda. Los mercados están incrédulos y en esa paradoja sucede algo interesante. Según algunos sube el riesgo país porque puede llegar a volver Cristina pero es extraño porque es un miedo a quien les pagó. Es una contradicción, parece que le tienen miedo a quien les pagó y no a quien nos endeudó. El riesgo país impacta en la tasa de interés internacional que paga la Argentina y eso impacta en la tasa de interés al interior del país y a la inflación.
Cuando hablamos de los mercados, ¿De qué hablamos? ¿Quiénes son los mercados?
Básicamente son grandes bancos de inversión de Estados Unidos y Europa, lugares con una gran capacidad de ahorro y con una cantidad grande de fondos que provienen de los países subdesarrollados como el nuestro. Lo que llamamos fuga de capitales va a parar a esos bancos que nos vuelven a prestar ese dinero en forma de deuda. Los mercados financieros son esos bancos que están viendo a que país le prestan. Generalmente les prestan a Asia, Africa y América latina que somos los grandes demandantes de esos fondos.
Hoy esos bancos no confían en Argentina…
El llamado cepo era un freno de capitales a la entrada y salida de capitales especulativos. Cuando este Gobierno levanta el cepo vienen estos capitales golondrinas con una Argentina que estaba afuera de ese mapa. Nos prestan plata a través de la deuda pública en dólares. Las empresas multinacionales y los bancos aprovechaban para comprar esos dólares relativamente baratos y llevarlos afuera. Esa es la bicicleta financiera, comprar dólares, llevarlos afuera y volver a meterlos como deuda a través de esos fondos de inversión con tasas siderales. Hoy eso está en crisis porque ya no dan las cuentas. Es una Argentina endeudada, con su aparato productivo en peores condiciones, con exportaciones que no crecen con lo cual la capacidad genuina de pago es menor. Exportamos lo mismo que en 2015, pero tenemos 170 mil millones de dólares más de deuda que ese año. Ese nivel de compromiso no da con los ingresos que tenemos. Menos cuando el Fondo empiece a cobrar lo que prestó. La corrida cambiaria que comenzó el año pasado es porque los mercados dijeron “no te prestamos más”.
¿Cuáles los escenarios posibles de cara al futuro?
El Gobierno que asuma lo hará con un país quebrado. Tenemos insolvencia financiera, no podemos pagar y, por otro lado, tenemos un proceso de crisis humanitaria, de desintegración interna con un escenario muy similar al del 2001, 2002. Gran deuda social con sectores vulnerables que no pueden llegar a sobrevivir y una estructura financiera de la deuda impagable. El acreedor tiene que cobrarse con lo que hay y nos obliga a un ajuste brutal en todo el sector público y privado. Tengamos en cuenta que no empezamos a pagarla, que hoy lo estamos haciendo con el dinero del Fondo, pero al que también hay que empezarle a pagarle en los próximos meses.
En ese contexto, ¿qué camino le queda al Gobierno que asuma desde diciembre? ¿Qué medidas tomar para salir de esta situación?
Una opción es renegociar con el Fondo. También una reforma financiera para cortar con esta locura de emisión de bonos a lo loco y de fuga de capitales, que vuelva a poner plata dentro del sector productivo. Transformar este capital financiero en capital fiscal, volver a meter el capital dentro del Estado para que pueda dirigir la economía. Eso se hace con un reforma tributaria que le cobre a los sectores financieros. Hay que empezar a recuperar las inmensas ganancias de los grupos económicos financieros concentrados nacionales e internacionales. Esta deuda no la puede pagar el pueblo, estos capitales en algún lado están. No puede ser que el país se esté destruyendo y los bancos estén ganando a tasas siderales. En Argentina de hoy se da una paradoja, suben los depósitos pero bajan los préstamos, fundamentalmente al sector productivo. Esos fondos van a parar al Estado, fundamentalmente al Banco Central. Eso tiene que cambiar reforma financiera y tributaria. Sacarle impuestos a las pymes y cobrarles a los más ricos.