“La explicación del cierre de la empresa es que a los chinos lo único que les interesa es comprar el poroto de soja y nada más, con cero valor agregado en el país, ni tampoco les interesa dirigir la producción al mercado interno” dispara Héctor Ramírez, integrante del Sindicato de Trabajadores Aceiteros de Capital y Conurbano Bonaerense y trabajador en la planta aceitera de Cofco en Valentín Alsina, Lanús.
Cofco no es una pyme, es una empresa global de origen chino de las más importantes en la industria alimentaria a nivel planetario. Con el comienzo de año decidió cerrar intempestivamente la planta que producía diversos tipos de aceites en Valentín Alsina dejando a casi 200 trabajadores en la calle. Sin resignarse, decidieron hacer una acampe en las puertas de la planta industrial esperando que culmine la Conciliación Obligatoria dictada días atrás por el Ministerio de Trabajo bonaerense.
“Con la conciliación se volvió atrás con los despidos, pero la empresa insiste en irse” se lamenta Ramírez y advierte que darán la pelea para evitar los despidos. “Haremos lo tengamos que hacer. Ya tuvimos una pelea fuerte en 2015 y paramos el puerto de Rosario” recuerda. Los puertos de Rosario y San Lorenzo son estratégicos, de allí sale el grueso de la cosecha argentina exportable.
Cuando era todo expectativa en el comienzo de su gobierno, Mauricio Macri repetía que Argentina tenía “que ser el supermercado del mundo”. Como la economía, el peso y la credibilidad del Gobierno esa aspiración se fue devaluando. “Si se va el poroto solo como quieren los chinos no hay valor agregado” resume Ramírez. Es decir, trabajo argentino que se desplaza a China en un sector donde Argentina tiene una ventaja comparativa notoria como es el de los alimentos.
Cofco es una empresa estatal china que ha ganado un lugar central en el sector alimentos a nivel global. En 2017 terminó de adquirir Nidera y Noble, dos de los principales cerealeras en el mundo en las que ya tenía participación previamente.
“Con el anterior Gobierno si ellos no producían para el mercado interno no les dejaban exportar. El actual Gobierno no hace nada, deja que se lleven indiscriminadamente el poroto de soja y acá nos dejamos sin valor agregado ni trabajo” vuelve a arremeter el dirigente aceitero.
En los pasos a seguir por parte de los trabajadores es respetar la conciliación obligatoria dictada el 7 de enero pasado por el Ministerio de Trabajo bonaerense sin abandonar el acampe. También reclaman una audiencia en el Ministerio de Producción y Trabajo con Dante Sica, que hoy pareciera estar más preocupado en impulsar la flexibilización laboral que en los cierres de industrias. También apuntaron contra la Gobernadora María Eugenia Vidal a la que reclaman una acción concreta para proteger los empleos. “Hasta ahora lo único que hizo la Gobernadora fue mandarnos la policía para apoyar a la seguridad privada para no dejarnos entrar a la planta” descarga.
Los días pasan, la incertidumbre es muy grande por el destino de más de 200 familias. Los trabajadores ya prometieron dar la pelea necesaria para mantener los puestos de trabajo.
LEONARDO MARTÍN
