La Justicia condenó a prisión perpetua a Esteban Gabriel y David Emanuel De Luca por el asesinato de Matías Terrón en Sarandí. «Hay dos asesinos menos en la calle», celebró la familia del joven que no pudo conocer a su hijo. El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora condenó este miércoles a 35 años de prisión a los hermanos Esteban Gabriel y David Emanuel De Luca por «homicidio criminis causa».
Emmanuel Terrón, hermano de Matías y quien terminó siendo el abogado de la familia, celebró el fallo. «Se hizo justicia. Es lo que esperábamos y sabíamos que habían sido ellos y no otros. La verdad que fueron dos años de mucha lucha y tengo que agradecer a la doctora (Marina) Pirro, porque esto fue un trabajo de todos en que cuando uno se caía estaba el otro para levantarlo. Estábamos convencidos de que este sería el desenlace», remarcó.
Los hermanos De Luca llegaron detenidos al juicio y Emmanuel planteó que «venían burlándose del sistema judicial hacía 18 años». «A partir de hoy se quedarán 35 años adentro», apuntó. «Ahora le puedo llevar a mi hermano una sentencia condenatoria y puedo decir que la verdad de la justicia existe. Igual, quedan muchas cosas por cambiar para que todos puedan acceder a esto, que medianamente es un alivio frente a los hechos», analizó el hermano de Matías, que aclaró que si bien hubo momentos difíciles, nunca perdieron las esperanzas.
«Tuvimos muchos momentos difíciles y no sabés para donde va ir, pero con familias y amigos pudimos llevarlo adelante. Hoy hay dos asesinos menos en la calle y no van a poder salir. No van a matar más a nadie», apuntó. Una semana atrás, los jueces Beatriz López Moyano, Roberto Conti y Roberto Lugones dieron su veredicto unánime: los hermanos De Luca eran culpables del homicidio de Terrón.
La difusión de los fundamentos de esa sentencia se prorrogó hasta este miércoles al mediodía. «No entiendo por qué lo hicieron. Pasamos unas malas semanas, con mucho estrés y nervios», dijo al finalizar aquella jornada Jésica Grasso, la viuda de Matías, que fue secuestrado y asesinado la noche del miércoles 22 de junio de 2016, pocos días después de haberse enterado de que sería padre.
«¡Dios, mi hijo! ¡Dios, mi hijo!», repitió desesperado segundos antes de ser acribillado por la espalda. Benjamín, que ya tiene un año y medio, sólo conoce a su padre por fotos y por los recuerdos que le transmite toda su familia.