Un informe de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav) reveló un aumento acumulado en el precio de los medicamentos y el valor de las prepagas por encima de la inflación oficial, al mismo tiempo que detectó un importante incremento en la facturación de los laboratorios y una preocupante subejecución presupuestaria hasta mayo pasado.
El relevamiento sobre más de 120 drogas de consumo masivo, en función al precio de venta de remedios a consumidor final (neto de descuentos y promociones), registró un incremento del 129,5% en los últimos dos años y medio, lo que representa una suba de 22 puntos porcentuales mayor que la inflación de la Ciudad de Buenos Aires.
«Este número contrasta notablemente con los aumentos nominales que experimentaron en los últimos dos años y medio el Salario Mínimo Vital y Móvil, la Asignación Universal por Hijo y la jubilación media, cuyos montos crecieron un 70%, 89% y 94%, respectivamente», agregó el análisis.
Otro impacto relevante sobre el gasto familiar en salud se vincula con los aumentos en prepagas. En 2017 el Gobierno autorizó cinco subas y en lo que va de 2018 ya van dos: 4% en febrero y 7,5% en junio. «A pesar de que las empresas se enfrentan a una menor demanda, buscaron compensar vía precios la merma de ingresos», resaltó el estudio elaborado por el Observatorio de Políticas Públicas de la Undav. En el acumulado desde febrero de 2016, el aumento en la cuota fue del 110%, unos 13 puntos porcentuales por sobre la inflación.
A la par, las farmacéuticas informaron que sus ingresos no paran de crecer. En el primer trimestre de 2018, se vendieron productos por $ 25.659 millones, también por arriba del costo de vida. «La facturación local de medicamentos importados creció por encima de la facturación total (y de la inflación general) y superó los $ 7.600 millones en el trimestre, cifra que representa una suba interanual de 28,3%», remarcó el reporte académico.
Una explicación de esta disyuntiva es la concentración del mercado en pocos jugadores: en el país 20 laboratorios concentran aproximadamente el 80% de la producción de medicamentos, con comportamientos colusivos que sostienen al alza los precios.
«Esta suba en los costos de la salud significa un retroceso en aspectos básicos del bienestar de la población. Los precios más altos son la consecuencia de una política de desregulación del mercado de la salud, que recompone las ganancias de sectores oligopólicos en detrimento del poder adquisitivo y el bienestar de los ciudadanos», afirmó el trabajo de la Universidad.
Ante este panorama, se detectaron nuevos comportamientos de las familias, como vía de escape para sostener un servicio de salud: bajarse a un plan de menores prestaciones, quedarse con las prestaciones de salud de los sindicatos (un 80% de los afiliados traspasan aportes) o recurrir a la salud pública.
Sin embargo, las subejecuciones del presupuesto en salud en sintonía con el objetivo del equipo económico de reducir del déficit fiscal ya prevén consecuencias a la vista, principalmente sobre las «Transferencias» a los gobiernos provinciales y municipales, tanto para gastos corrientes como de capital.