SELECCIÓN ARGENTINA / De la desazón a la épica

 

Por LEONARDO MARTÌN 

La Selección Argentina de fútbol quemó etapas, logró darle épica a un partido de zona de grupos venciendo a Nigeria y clasificando agónicamente a los octavos de final de la Copa del Mundo. La corajeada de Marcos Rojo apareciendo en el área nigeriana a cinco minutos del final, le dio oxígeno a un Selección que se quedaba irremediable y tristemente afuera del Mundial. El escenario más temido estaba a punto de concretarse dando el réquiem para una generación de jugadores que ganó una vida más. Ahora se verá las caras con Francia el próximo sábado por la mañana en Kazan en la zona del Tartaristán, a orillas del Volga.

El primer tiempo del equipo dirigido (?) por Sampaoli mostró su mejor versión en esos primeros 45’, especialmente en los primeros 30. Con control de pelota, agresividad en la marca y un equipo compacto dominó el juego. Faltaba profundidad, pero haciendo la comparación con el partido contra Croacia la diferencia era notoria, como si se hubiera actualizado el sistema.

A los 13` llegò el primer grito. Notable pase largo de Banega (de buen primer tiempo) para que Messi, con un gesto técnico notable, la bajara a la carrera con el muslo, la acomodara con la izquierda para terminar sacando el derechazo cruzado y potente a la red. 1 a 0. Respiran el técnico, los jugadores, el Chiqui Tapia y millones de argentinos atentos a los televisores.

Hasta el minuto 30 lo de Argentina fue bueno. A partir de esa línea de tiempo perdió protagonismo, se retrasó unos metros y Nigeria comenzó a manejar la pelota. Sin gran peligro pero aproximándose. Final de la primer etapa, hay alivio y las noticias de Croacia Islandia son alentadoras porque empatan.

En el segundo tiempo, el guión del partido tuvo un quiebre para darle épica a la historia. El árbitro Cuneyt Cakir cobró un penal que no estaba en el libreto por un supuesto agarrón de Mascherano que fue muy tibio como para sancionar penal. Para peor esperábamos la consulta de un VAR que nunca llegó. Victor Moses ejecutó con una pasmosa tranquilidad para darle igualdad al partido. 1 a 1. 

El turco posteriormente tuvo intenciones de darle otro penal a Nigeria. Afortunadamente tras analizar el VAR desistió.

A partir de allí los nervios fueron in crescendo. Llegaron los cambios. Adentro Pavón (de prometedor ingreso), Meza y el Kun Aguero. Argentina iba con desesperación, desordenado, pero buscando ese gol necesario. Era el fin para una generación de jugadores que necesitaban ese triunfo para darle sobrevida a esta Selección.

En medio de esa desesperación y a esa altura previsible desorden táctico, Armani saca un mano a mano clave, con el que justificó su inclusión. Sin embargo faltaba un gol en el arco rival y lo cierto es que no parecía cerca.

Como toda buena historia apareció el héroe imprevisto. De ese que no se espera demasiado, pero que se viste de héroe y se gana los titulares de los sitios web de noticias, de las páginas de los diarios del día siguiente y un lugaren la memoria emotiva del futbolero. Ese fue Marcos Rojo.

El ex Estudiantes de La Plata, apareció en medio del área grande, con una fe propia del que está impulsado y poseído por algún tipo de espíritu. Como un número nueve empalmó una pelota de derecha (buen centro de Mercado) para definir bajo y potente. Gol. 2 a 1 y clasificación a cinco minutos del final.

Esos minutos finales fueron de una intensidad memorable. Argentina buscando mantener la pelota, enfriando el partido, dejando cometerse faltas. Maradona colgado desde el palco gritando, desbordado, en escenas del Maradona más desquiciado pero al que todo se le perdona.

Y así fue. La película tuvo final feliz. Argentina lo terminó ganando 2 a 1 mientras el sueño de esa pequeña patria llamada Islandia caía 2 a 1 con Croacia. Viene Francia, candidato al título, con jugadores cotizados de mitad de cancha hacia arriba. A esta altura poco importa, Argentina no tenía margen para elegir rivales. En la desesperación nadie se mostró preocupado porque tocó Francia y no Dinamarca, a priori más accesible.

La Selección escribió una página emotiva, sufrida. Si logra transitar exitosamente el Mundial será recordada alegría en la posteridad. Si el sueño mundialista tiene vuelo corto se recordará como ese pequeño instante donde fuimos felices, donde se volvió a creer en un sueño fugaz que la realidad se encargó posteriormente de poner en su sitio.

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