Recién se está jugando la segunda fecha del Mundial de Rusia 2018 y ya se puede decir que hay dos clasificados a los octavos de final; Rusia y Uruguay, y tres eliminados; Egipto, Arabia Saudita y Marruecos. Con la victoria de los Charrúas hoy ante Arabia Saudita por 1 a 0, se clasificaron junto con los anfitriones. Por su parte, el equipo de Cristiano Ronaldo le ganó 1 a 0 a Marruecos y lo eliminó de la competencia y España venció 1 a 0 a Irán y acompaña en la punta del grupo a los lusos.
Portugal 1 – Marruecos 0
A pesar de ir ganando desde los 4 minutos del primer tiempo con gol de Cristiano Ronaldo de cabeza, Portugal no jugó un buen partido y terminó sufriendo ante el ya eliminado Marruecos. El crack aportó mucho en defensa, lo que habla de lo mal que estaba su equipo y lo bien que lo hacía el rival. Así y todo, el conjunto africano sufrió la falta de gol y se despidió de la Copa del Mundo.
El gol de Cristiano le sirvió para quedar segundo en la tabla histórica de goleadores de su equipo en mundiales. Llegó a 7 tantos, mientras que Eusebio tiene 9. Además, también está segundo en la tabla histórica de los goleadores con selecciones nacionales. El primero es el iraní Ali Daei con 109, mientras que el del Real Madrid tiene 85. Superó al húngaro Púskas, quien quedó con 84.
Mirá el resumen del partido acá:
Uruguay 1 – Arabia Saudita 0
Al igual que en el encuentro que se jugó más temprano, el equipo que perdió fue el que mejor trató la pelota. En un principio Uruguay encontraba los caminos al arco y consiguió su gol gracias a un error del arquero árabe que aprovechó Suárez para poner el 1 a 0. Después del gol, los charrúas se tiraron muy atrás y le entregaron la pelota al equipo de Pizzi, pero no terminaron sufriendo, ya que los asiáticos tienen problemas para encontrar el arco rival.
Con esta victoria, tanto Rusia como el equipo de Tabárez se clasificaron a los octavos de final y se estarán enfrentando el lunes a las 11 para definir quién quedará primero en el grupo y quién segundo. El anfitrión tiene dos resultados posibles para quedar primero: la victoria y el empate, ya que tiene más diferencia de gol. Por su parte, Uruguay deberá ganar para quedar primero y saber si se enfrentará con Portugal, España o Irán.
Para ver lo mejor del partido, dale play:
España 1 – Irán 0
Diego Costa marcó el único gol del partido. Los dirigidos por Fernando Hierro sufrieron más de lo esperado, pero son líderes del grupo B junto a Portugal, relagando a los persas al tercer lugar.
Bastó un rebote. Es una acción afortunada estuvo el alivio de una España que se mostraba incapaz de encontrarle la vuelta al férreo planteamiento defensivo de la Irán de Carlos Quéiroz. Tras muchos minutos de un dominio estéril y algunos menos de asedio, un rechazo en la tibia de Diego Costa superó al meta iraní y permitió a la Roja (0-1) allanar un triunfo.
España tenía ante sí un partido de estilos diferentes. El toque innato español tenía ante si un catenaccio persa tan celosamente ejecutado que parecía que Queiroz se estaba vengando íntimamente de cierto maltrato de sus tiempos en Madrid. El 4-1-4-1 que generosamente reflejaban las previas era un 5-5 o incluso un 6-4.
Pasado el primer cuarto de hora, España tenía el 80 % de la pelota y ningún tiro a puerta. Los iraníes además de defender resultaban protestones, pegajosos y tenían mucho cuidado de hacer las faltas antes del borde del área. Así, Silva pudo lanzar una pero desde lejísimos.
España avanzaba por su eje natural, el triángulo Alba, Isco, Iniesta, y se incorporaba felizmente Silva aportando amago de disparo, una refrescante diagonal y una mínima activación del lado derecho, que España tiene adormecido.
Movilidad, ir y venir, paciencia, mucha paciencia. Como un guiso que exige remojar, macerar, asar, freír, rehogar. Todas las fases del proceso. Se daban todas las condiciones: si hay toque, si hay paciencia, si hay las mil y una combinaciones, si hay apertura del lateral, si hay centrales subiendo, ergo… Pero el “ergo” no se veía; no había consecuencia: el gol no llegaba y ni siquiera había tiros. Faltaba quizás velocidad en la circulación.
Isco tuvo mucho el balón, intentó algún tiro. En el 30 hubo un tuya mía con Iniesta de bastante torería que subió el ánimo, e inmediatamente un remate sin espacio de Silva. Ramos y Piqué estaban pisando área.
España ponía su paciencia e Irán aportaba la suya. A su celo secante y a su indudable autobús, sumaba el recurso a las artes escénicas. Perdían tiempo, le arañaban segundos a cada lance y el portero Buranband hacía un teatro grosero ante Diego Costa, que es mal espectador.
España acabó el primer tiempo con dudas y exigiendo poco al difícil Irán.
Irán se estaba convirtiendo en una auténtica prueba cultural para el juego español, y quizás también en uno de los equipos más antipáticos de los últimos tiempos. A la vez era un ejemplo apasionado de abnegación defensiva.
Había tardado cinco minutos en pasar el campo en algo parecido a una contra y 36 minutos en sacar un córner.
Antes de volver al campo, Ramos y Piqué se trabajaban convenientemente al árbitro uruguayo.
Retomado el juego, Busquets forzó una atajada de Beiranvand. España abría más su juego, pisaba más las bandas pero no podía haber alegría porque inmediatamente respondió Irán con un tiro peligroso de Ansarifard.
El partido iba a cambiar. Una combinación de Iniesta con apoyo en Silva llegó a Costa, que al darse la vuelta consiguió medio gol al rebotarle el despeje de Rezaeian. Volvía a ser importante el físico de Costa. Su condición de 9 grande en corto espacio molestó esta vez al rival. Sus movimientos están siendo lo más productivo de España. En realidad, la “dificultad” de Costa es lo que le acaba dando goles. El hilillo de juego que le queda a Iniesta y el espacio que se está creando el nueve.
En una jugada a balón parado marcó poco después Irán (Ezatolahi) en fuera de juego que tuvo que ver el VAR. Se vio qué tensa espera se produce mientras decide. Los árbitros no saben dónde mirar.
Tras unos minutos algo agitados en los que Irán quería reaccionar, España recuperó el control. Lo mejor de España sucede cuando Isco e Iniesta enlazan rápido. Ese es el clímax nuestro, lo mejor que tiene España y, en cierto modo, un chispazo también del Mundial. Tiene algo de eslabón generacional cuando enhebran algo juntos. Iniesta regaló su hora magistral y fue sustituido por Koke.
Casi marcó España en otro barullo en el área. Los iraníes se amontonaban sobre el balón.
Hubo unos momentos en los que España no tuvo la pelota, pero tampoco la tuvo Irán. No se sabía muy bien qué ocurría y España debía ir cerrando. Lo sabía Ramos, que echaba el equipo arriba. España volvió a perder ligeramente el tono y el control al irse Iniesta e Irán tuvo alguna llegada peligrosa. Mendi rondó el gol en el segundo palo.
Hierro había quitado a Lucas, sin huella, para meter a Asensio, que debe de jugar en este Mundial y al fina se llegó sin más agobio.
Fue meritorio que España nunca se echara atrás y el premio fueron los tres puntos.
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