En el edificio de 12 de Octubre 234 funcionó el centro clandestino de detención y exterminio “El Infierno”. En 2016, el intendente Jorge Ferraresi lo recuperó e inauguró un espacio dedicado a los Derechos Humanos.
Durante cuarenta años, como un monstruo viviente, el edificio de lo que fue el Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio conocido como “El Infierno” se mantuvo activo. Allí trabajaba una división de investigaciones de la Policía Bonaerense. Pero para el 40º aniversario del golpe, en 2016, el intendente Jorge Ferraresi cumplió su promesa e inauguró allí mismo el Espacio para la Memoria de Avellaneda.
Donde hubo horror, ahora hay memoria.
La Brigada de Investigaciones funcionó en este edificio de la calle 12 de Octubre 234, Avellaneda Centro, entre los años 1976 y 1979. Se calcula que pasaron aproximadamente entre 300 y 500 personas secuestradas de forma ilegal. El hecho terrible es que mientras esto sucedía la Brigada de Investigaciones trabajaba de forma “normal”. Entonces convivían allí detenidos legales e ilegales.
La decisión política de Ferraresi consistió en construir un nuevo edificio para la dependencia policial, de manera que se acabaron las excusas para mantener el horror latente.
Desde el 21 de marzo de 2016, Ferraresi el anhelo de organismos de DD.HH. y de la Mesa de la Memoria de Avellaneda se cumplió. Ya hace dos años que funciona en este lugar el Espacio para la Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos.
También trabajan dos comisiones del programa Fines para adultos, talleres de fotografía, ajedrez, escritura y el espacio de encuentro para el comité por la Libertad de Milagro Sala, De Solidaridad con el Pueblo Palestino, de Venezuela y grupos como AL ANON y Alcohólicos Anónimos.
La oferta cultural que tiene el Espacio va desde cine debate a muestras, todas relacionadas con la temática de la memoria, la verdad y la justicia. También, a través de un convenio con la Universidad Nacional de Avellaneda existe el proyecto de extensión universitaria “Trabajo Social Comunitario”. Y desde 2018 está abierta a la comunidad una biblioteca especializada en Derechos Humanos.
En lo que ahora es el Espacio para la Memoria funcionó la sede de la Unidad Regional II de la Brigada de Investigaciones de Lanús (URIIBIL), que dependía de la Dirección General de Investigaciones bonaerense dirigida por el entonces comisario general Miguel Etchecolatz. En la pirámide de este aparato represivo estaba el general de División Guillermo Suarez Mason, que estaba al frente del Primer Cuerpo del Ejército.
Los responsables locales de la URIIBIL fueron los comisarios Bruno Trevisán y Rómulo Ferranti. Los dos fueron condenados a tres y cuatro años de prisión por los delitos de “vejaciones y severidades” contra los empresarios Iaccarino. Entre 1976 y 1979 cumplieron funciones en el lugar unos 200 policías bonaerenses. Por tratarse de una brigada de investigaciones, muchos de los agentes vestían de civil. Según algunos sobrevivientes, en “El Infierno” también había personal militar. La patota encargada de secuestrar a las víctimas de la represión estaba compuesta por personal de ambas fuerzas represivas.
“Hacemos esto porque tenemos las convicciones y la misma sangre que tenían los compañeros que dieron la vida por esta causa. Hicieron desaparecer una generación entera pero no pudieron con su legado”, dijo Ferraresi ante miles de vecinos, familiares de las víctimas y militantes el día de la inauguración.