Un repaso por los principales ejes del conflicto docente. En el comienzo del ciclo electivo los gremios han convocado a un paro de 48 hs. Reclaman la convocatoria a la Paritaria Nacional Docente y, por otro lado, es una medida para rechazar ofrecimientos salariales que no superan el 15% en un contexto donde la inflación tendrá un piso del 20%. El lunes marchan a las puertas del Congreso.
Por LEONARDO MARTÍN
El lunes 5 de marzo es la fecha establecida en la gran mayoría de los distritos a nivel nacional para el comienzo de las clases, pero no será así. Los gremios que representan a trabajadores de la educación – al menos en su gran mayoría- han convocado a un paro nacional de 48 horas para el lunes 5 y martes 6 de marzo. Este paro se sentirá fuerte en la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, en Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Río Negro y en Chubut. También los gremios docentes marcharán el próximo lunes 5 de marzo desde las once de la mañana a las puertas del Congreso.
El conflicto tiene dos grandes ejes para el análisis. Por un lado, la negativa del Poder Ejecutivo a convocar a la Paritaria Nacional Docente establecida en la Ley de Financiamiento Educativo de 2006 y por otro la negociación particular en cada distrito donde apenas un puñado de provincias ha logrado llegar a un acuerdo salarial. En el resto las negociaciones están lejos de cerrarse. La mayoría de las provincias ofrece una paritaria con un promedio de 15 % de aumento, pero sin cláusula gatillo, propuesta rechazada por los gremios.
Por segundo año consecutivo el Poder Ejecutivo decide no convocar a la Paritaria Nacional Docente. Lo había hecho en 2016, pero en 2017 decidió suspenderla y en 2018 ratificó esta postura con el decreto 52/2018 donde no sólo desestima la posibilidad de esa convocatoria, sino que también introdujo cambios en la representación de los gremios modificando la participación proporcional en la mesa de negociación. El principal destinatario de esa medida fue CTERA, gremio que ostenta la mayor representación de los docentes de la escuela pública.
La Paritaria Nacional Docente generaba un piso de aumento salarial que debían cumplir todas las provincias, que son las encargadas de financiar la educación. Una medida que se tomó en su momento para evitar las inequidades entre las provincias con mayores recursos en relación a las más pobres. La discusión no se agotaba allí, también eran parte de la mesa de negociación cuestiones como la carrera docente, la formación, la infraestructura, es decir una discusión más integral que hoy el Gobierno ha desechado.
El otro eje de la discusión pasa por los aumentos salariales que ofrecen mayoritariamente las provincias. A excepción de San Luis, con un sorprendente 40% de incremento salarial para docentes y empleados públicos provinciales, Misiones, Salta y Corrientes el resto aún está en pleno proceso de negociación. En muchos casos con posturas lejanas a la posibilidad de un acuerdo.
La mayoría ofrece un aumento salarial que no supera el 15%, quitando de la discusión la cláusula gatillo reclamada por los gremios. En algunos casos busca reemplazar por la cláusula de revisión donde el aumento salarial en vez de ser automático una vez que la inflación supera determinada cifra estipulada, acuerda un mes para que las partes se vuelvan a juntar y revisar la marcha de la economía. Allí lograr una recomposición salarial implica una nueva discusión, buena voluntad de los gobiernos provinciales y capacidad de fuego de los gremios para forzar un nuevo aumento. Una situación desgastante y de improbable resolución positiva para los trabajadores.
El viernes pasado, en conferencia de prensa, dirigentes Sonia Alesso, referente nacional de CTERA, confirmó el llamado a un paro de 48 horas para el lunes 5 y 6 de marzo. Allí explicó, «estamos exigiendo la apertura de la paritaria nacional docente. Lejos de resolver los conflictos en las provincia, hubo fuerte presión sobre los gobiernos provinciales para una pauta del 15% en cuotas. En algunas provincias están ofreciendo menos del 12%«.
Luego agregó «no vamos a tolerar el lenguaje bélico del Gobierno Nacional». “El camino es la convocatoria a paritarias (…) «el conflicto no es complejo, puede solucionarse con voluntad política«. Allí volvió a pedir por la inclusión de la cláusula gatillo, “es importante en todas las negociaciones«.
En un rol cada vez más beligerante el ministro de Educación, Alejandro Finnochiaro apuntó contra CTERA: «No hay que naturalizar lo que no es natural. Un paro nacional no existe porque la Nación no le paga salarios a los docentes. CTERA llamó a un paro en 24 provincias. Lo nacional da cámara, da prensa. Entiendo el juego, pero el problema es cuando en el juego están metidos los chicos. En segundo lugar, el paro revela dos grandes impotencias de CTERA. Son incapaces de hablar de temas más allá de lo salarial. Nunca olvidemos que la centralidad de los esfuerzos son los chicos y chicas que estudian. Clausuran el diálogo con un paro» manifestó.
También apuntó al ausentismo, el caballito de batalla con que el Gobierno busca desacreditar las protestas argumentando los altos niveles de licencias médicas que impiden pagar mejores salarios a partir de los recursos que insumen en el pago de suplencias. «Eso quiere decir que en un sector de la docencia hay una cultura que aprovecha todos los huecos y resquicios para poder tomar determinadas licencias y con eso perjudicar no sólo a sus compañeros, sino fundamentalmente a los chicos» expresó.
María Eugenia Vidal, en la apertura de las sesiones ordinarias de la legislatura bonaerense también apuntó hacia el mismo lado. «Los problemas no se resuelven solo con el aumento de sueldo. No se resuelven pensando que para un chico es lo mismo empezar el año con un docente y terminar con otro«. Vidal, como en 2017, decidió librar una batalla a campo abierto con los gremios. Desde lo discursivo y desde lo efectivo con descuentos a aquellos docentes que se adhieran a las medidas de fuerza o utilizando herramientas como el pago por presentismo buscando dividir la solidaridad docente. En 2017 incluso llegó a convocar a voluntarios para que reemplacen a los docentes.
Roberto Baradel, titular de SUTEBA, principal gremio de los docentes bonaerenses, descargó sobre el Gobierno. «Si realmente quisieran diálogo y resolver los problemas volvamos a 2016. Quieren quedarse con la Ley de Financiamiento Educativo y que cada provincia se arregle como pueda, como en los 90, librados a su suerte» descargó.
«Para el Gobierno sería mejor un mundo sin sindicatos para poder accionar sobre los derechos y la vida de los demás» volvió a arremeter.
En relación a la situación de los docentes en la Provincia afirmó que “el promedio de pérdida en el salario de los docentes en los dos últimos años de Macri es de 1600 pesos mensuales” por lo cual “para no perder salario deberían aplicar la cláusula gatillo”.
La respuesta conjunta de los gremios fue no sólo el paro de 48 hs., también realizarán una marcha al Congreso mañana lunes 5 de marzo.
LOS DOCENTES PRIVADOS (SADOP), TAMBIÉN DE PARO
La situación de los docentes privados también es compleja. En el mismo decreto que Mauricio Macri eliminó la cláusula gatillo sacó de la mesa de discusión al SADOP, gremio que nuclea a los docentes privados. A ello se suma la discusión salarial, en esta ocasión por fuera del resto de los gremios que representan a los maestros en la escuela pública.
SADOP convocó a un paro de 24 horas para el inicio de las clases y además confirmó que será parte de la movilización “en reclamo de paritarias libres, el fin del ajuste, y la inclusión del gremio en las discusiones con los Gobiernos nacional y provinciales”.
Mediante un comunicado, el SADOP, también reclama “la derogación del Decreto 52/18 a través del cual se excluye la materia salarial dentro de la Mesa de Negociación a nivel nacional”.
Por último, también exige “la pronta reapertura de la Comisión Negociadora para la Enseñanza Privada (CONEP), la cual se mantiene estancada por la desidia estatal y patronal”.